España decide si continúa un gobierno progresista o vira a la derecha

37 millones de ciudadanos españoles deciden en las elecciones generales de este domingo si el Gobierno se mantiene en manos de una coalición progresista liderada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) o si, por primera vez desde la muerte del dictador Francisco Franco, pasa a gobernar una alianza de derecha y ultraderecha, conformada por el Partido Popular (PP) y Vox, a la que la mayoría de las proyecciones dan la delantera. En España, una de las diez monarquías parlamentarias vigentes en Europa, el Ejecutivo se vota por la composición del Parlamento (las Cortes Generales) de 350 miembros, que hoy se elige en su totalidad. Quien reúna la mayoría absoluta, 176 escaños, se queda con el Gobierno, aunque también juegan las abstenciones. «Vamos a votar, hay mucha expectativa», dijo desde Madrid a Cadena 3 el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, antes de emitir su voto en el instituto Ramiro de Maetzu. En conferencia de prensa, abogó por una España «más fuerte» y expresó que la ciudadanía está «más allá» de una ola de calor o una guerra con Ucrania. El líder del Gobierno, que va por la reelección, Pedro Sánchez, pidió «la mayor movilización» para que el Gobierno electo «salga fuerte» y España «pueda avanzar cuatro años más».  

Claudio Fabián, un cordobés que vive hace 24 años en Europa y 14 en Madrid, dijo a Cadena 3 que en su círculo cercano hay «un poco de miedo a la ultraderecha de Vox» que «no se lleva muy bien con el tema inmigrantes». «El temor de la inestabilidad económica no está», consideró. A las 16 (11 de Argentina) ya había votado más del 40% de la ciudadanía, un 3% más que el mismo dato del 2019, lo que alentaba la posibilidad de que se supere el porcentaje del 70%. Los principales canales de noticias difundirán a las 20 (15 de Argentina) los resultados de boca de urna, que suelen ser certeros. Si bien hay algunos sondeos que dan cuenta de un avance del PSOE, e incluso el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) da a los socialistas al frente por un escueto 1,4% frente al conservador PP, el mismo estudio señala que en la suma general, en la cuenta provincia por provincia, la coalición de derecha y extrema derecha podría sumar 173 bancas (135 del PP y 38 de Vox), apenas tres por debajo de la mayoría absoluta, con lo que necesitarían al menos tres abstenciones para llegar a La Moncloa, sede del Ejecutivo. La coalición de Gobierno llegaría, según el promedio de las proyecciones de este sondeo, a 146 escaños, 110 del PSOE y 36 de la alianza de izquierda Sumar, que disputa voto a voto con Vox el estratégico tercer lugar. «Es una alegría ver por todas partes españoles llenos de esperanza, y es un honor representar a tanta buena gente», expresó el líder de Vox, Santiago Abascal, tras emitir su voto, al tiempo que señaló que «llegó la hora de la verdad».  
Quedarían 31 bancas en manos de terceras fuerzas regionales, como el PNV (Partido Nacionalista Vasco) de raíz democristiana e ideológicamente alineado en el liberalismo; EH Bildu (también nacionalista vasco, pero de izquierda), o los catalanes de izquierda de la CUP (Candidatura de Unidad Popular). Cada uno con sus exigencias a la hora de negociar un respaldo a nivel nacional. Los líderes del PSOE, el presidente Pedro Sánchez, y de Sumar, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, no la tendrán fácil a la hora de buscar los hipotéticos respaldos para retener el Gobierno. Pero el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tampoco tiene todo resuelto con su socio de extrema derecha, Santiago Abascal, el líder de Vox. «Hoy nos jugamos levantarnos mañana con más derechos, más democracia y más libertad», expresó Yolanda Díaz tras sufragar.  
Vox, en soledad o como aliado del PP, se instaló en la administración de varios distritos, a partir del éxito del bloque de derechas en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. El sistema electoral español está diseñado para una lógica bipartidista, con una alternancia en el poder nacional del PSOE y el PP, pero en la última década aparecieron nuevas expresiones políticas, con peso en diversas regiones y llegada al Parlamento, que muestran que los gobiernos monocolor fueron reemplazados por los de coaliciones. Por eso, a pesar del esfuerzo del PSOE y el PP por consolidar sus votos propios, en este paso del bipartidismo al «bibloquismo», como llaman algunos politólogos a este escenario que tiende a consolidarse en las elecciones de mañana, adquiere importancia la disputa por el tercer lugar entre Sumar y Vox. Cuando se cierre el comicio, el protagonismo será del sistema de reparto proporcional D’Hondt, que premia a la primera minoría. La disputa por el tercer puesto es fuerte, por ejemplo, en Cádiz, Málaga y Sevilla, donde los progresistas le disputan voto a voto el último escaño del reparto. No casualmente, tanto Sánchez como Feijóo, aun ante la evidencia de que tendrán que negociar y hacer concesiones si quieren ganar, buscan en estos últimos tramos de campaña diferenciarse de sus aliados ineludibles. El más enfático en este objetivo es el líder del PP, quien este último jueves dijo que no busca un acuerdo con Vox, y aseguró que ese es «el escenario que quiere montar» el actual Gobierno.
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