Presbicia, la enfermedad de la «vista cansada» que aparece a partir de los 40

En un mundo cada vez más digital, donde nuestros ojos no descansan de las pantallas, la presbicia se ha convertido en una condición común, asociada inequívocamente al proceso de envejecimiento en la salud visual. Todos los seres humanos, independientemente de nuestro historial de salud visual, comenzamos a experimentar algún grado de presbicia cerca de los 40-45 años. El proceso es graduado y se debe a un cambio en la elasticidad del cristalino, aquella parte del ojo responsable de enfocar la luz sobre la retina para ofrecernos una visión clara.

Pablo Bonanno, oftalmólogo, explicó en qué consiste la presbicia y cómo puede tratarse. En primera instancia, definió que se trata de «un fenómeno que afecta la elasticidad del cristalino y que, con el tiempo, impacta la capacidad para enfocar objetos cercanos».

«Después de los 40 años, en algún momento te va a dar presbicia. Es variable entre las personas, el tiempo de aparición y la velocidad de avance. Normalmente la presbicia va disminuyendo, pero entre los 40 y 50 años la presbicia es galopante. Después de los 55 y 60 años se va estabilizando, pero comienza a aparecer una catarata que empieza a dificultar las cosas. La presbicia no cambia, pero empieza a cambiar tu visión», aclaró el profesional.

Por otra parte, advirtió que la presbicia puede «curarse» mediante una operación. Y detalló: «La cirugía de presbicia es una colocación de un lente intraocular multifocal. El problema de la presbicia es el cristalino, que es un lente natural que todos tenemos dentro del ojo que deja de tener la capacidad de cambiar su curvatura para poder enfocar los objetos cercanos».

«Entonces, en la cirugía lo que hacemos es retirar ese cristalino, que después va a ser una catarata cuando se ponga opaco, y en su lugar poner un lente intraocular. Por lo tanto, si sacamos el origen de lo que va cambiando durante el tiempo y ponemos algo que no se modifica en el tiempo, no debería modificarse tampoco la visión cercana», sumó.

El oftalmólogo aseguró que «si te operas, tenés entre un 95% y 98% de posibilidades de no usar más anteojos, pero esto claramente depende de una serie de cosas. La cirugía dura entre 5 y 10 minutos habitualmente, no duele porque se hace con anestesia tópica».

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