Javier Milei, atrapado entre el outsider y el presidente sin leyes

A casi cien días de gobierno, el presidente Javier Milei parece estar encerrado en un dilema que excede a una mera cuestión comunicacional y termina impactando en el éxito de su gestión. El libertario comprende que necesita de la política a la que denominó “casta” para aprobar un paquete legislativo que haga sustentable -término que le gusta emplear al Fondo Monetario Internacional- su programa de gobierno. En cien días no tiene una sola ley aprobada y lo único que sigue en pie es el DNU -que ya fue rechazado por el Senado donde manda el kirchnerismo-, y que sólo seguirá en pie porque el PRO y buena parte de los radicales y del sector de Migue Pichetto, más algunos legisladores provinciales, han decidido acompañar al Gobierno. Nada más.

Incluso los opositores dialoguistas, vilipendiados por los libertarios y por las redes sociales, que aseguran son manejadas desde algún lugar de la Casa Rosada, hacen el trabajo que debiera hacer el oficialismo si estuviera integrado por legisladores capacitados y con experiencia en el bloque de La Libertad Avanza. Así, según reveló Clarín, presentan proyectos cuyos contenidos son los mismos que figuran en el DNU sobre cuestiones fiscales y laborales diputados como Cristian Ritondo o Ricardo López Murphy, pese este último a ser atacado por el propio Milei en reiteradas oportunidades.

Milei es consciente de su debilidad y de la necesidad del acompañamiento de la oposición. Pero si eso se nota ante la mirada de sus seguidores, teme perder el apoyo de la gente, que aún lo sigue escuchando y logra que no le eche la culpa del ajuste que está padeciendo. “Tal vez la confrontación y la búsqueda de enemigos sea una decisión porque si el ganó siendo el antisistema, si queda pegado al sistema pierde”, resume un opositor que recuerda como afectó a Milei cuando se asoció con Luis Barrionuevo en la campaña, y después tuvo que salir a despegarse rápidamente.

Sin embargo, su actitud es algo que la política clásica no entiende. Desde Cristina Kirchner hasta Mauricio Macri, pasando por la UCR y los gobernadores. “Juega con recursos distintos a los que nosotros estamos acostumbrados. Quizás esto también sea parte del cambio de época al que hay que aggiornarse”, admite un mandatario provincial.

Uno de los interrogantes es hasta cuándo algunas provincias, cuya dependencia de la Nación es demasiado alta, aguantarán la sequía de fondos desde la Nación. Hay otros distritos que no necesitan de los envíos de la Rosada para funcionar, pero que deben resolver otros conflictos, de índole judicial con el Ejecutivo nacional porque empiezan a afectar sus arcas, como la Ciudad de Buenos Aires.

En setiembre de 2020, en plena pandemia, Alberto Fernández decidió unilateralmente restarle a la Ciudad 1,55 puntos de la coparticipación federal (era de 2,95) y sólo transferirle el 1,4. La excusa era destinarlo a la provincia de Buenos Aires gobernada por Axel Kicillof, porque tenía un reclamo salarial de la policía provincial que debía subsanar, pese a los miles de millones de pesos que le transfería en fondos discrecionales. Previo reclamo judicial, la Corte Suprema falló en diciembre del 2022 en favor de la restitución de ese porcentaje a la Ciudad. Pero ni el gobierno de Fernández ni el de Milei lo cumplieron.

En enero hubo una reunión entre el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, y el ministro de Economía, Luis Caputo en torno a la deuda que hoy sería de unos $500 mil millones. Ambos replicaron la buena relación y el acompañamiento de Macri al plan económico del Gobierno. Puertas adentro, el entendimiento corría por otros carriles. En aquella oportunidad ante el recorte unilateral, Horacio Rodríguez Larreta dispuso el impuesto a los consumos con tarjeta de crédito en la Ciudad y un impuesto a las operaciones con Lelics. Al poco tiempo el impuesto a los consumos con tarjeta lo tuvo que eliminar, pero quedó en pie el de las lelics.

Hasta hace poco tiempo, ese ingreso compensaba la demora de la Casa Rosada en cumplir con el fallo de la Corte. Pero ahora que las lelics empezaro a ser rescatadas por el Ministerio de Economía, la Ciudad comienza a sentir la merma en sus ingresos. Por eso días atrás, Jorge Macri le envío un mensaje a “Toto” Caputo anticipándole que a fin de mes probablemente se empiece a sentir el desequilibrio. “En breve, y esto fue hablado con el Presidente, vamos a necesitar que nos liberen fondos desde Nación, aseguran cerca del jefe de gobierno.

Ese 1,55% que le fue sacado a al Ciudad para mandarlo a Provincia, el gobierno de Milei ya se lo recortó a Kicillof. Por lo cual, es una diferencia que la Nación está haciendo en pos del déficit cero. En la sede de Uspallata lo saben y lo entienden, porque acompañan la gestión del libertario, pero el problema es que hay un fallo en contra del presidente, del ministro de Economía y del titular del Banco Nación de la gestión kirchnerista. Pero como es una demanda en contra de “cargos” no de personas, si Milei, Caputo y Daniel Tillard persisten en no cumplir el fallo del Alto Tribunal, esa imputación recaerá sobre ellos. Es lo que la Ciudad busca evitar. Por eso no están reclamando con énfasis lo adeudado hacia atrás que podría tener una solución más creativa, sino una hoja de ruta hacia adelante.

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