El comercio exterior argentino sigue sin levantar cabeza. Los datos del INDEC muestran que en abril, las exportaciones sufrieron la mayor caída en lo que va del año con un retroceso del 29,3%, mientras las importaciones se achicaron un 12,6%, también la baja más marcada del 2023.
Esto llevó a que el mes pasado el déficit comercial alcanzara los US$ 126 millones. En el primer cuatrimestre, el rojo trepó a US$ 1469 millones y da cuenta de las tribulaciones que enfrenta Argentina para poder acumular divisas.
En abril, las exportaciones sumaron US$ 5.891 millones y las importaciones, US$ 6.017 millones. La retracción del 29,3% en las exportaciones se debió a una baja de 22,7% en las cantidades y de 8,6% en los precios.
No fue solo la sequía lo que afectó a las ventas externas. Todos los rubros disminuyeron: los productos primarios (PP), 55,6%; las manufacturas de origen agropecuario (MOA), 29,5%; los combustibles y energía (CyE), 15,6%; y las manufacturas de origen industrial (MOI), 4,5%.
Las importaciones descendieron 12,6% debido a una caída de 9,1% en las cantidades y de 4,1% en los precios. A nivel de uso económico, se redujeron las importaciones de combustibles y lubricantes (CyL), 39,8%; y resto, 33,3%, fundamentalmente por la menor compra de bienes despachados mediante servicios postales (couriers); vehículos automotores de pasajeros (VA), 28,4%; bienes de capital (BK), 22,4%; bienes de consumo (BC), 7,7% y bienes intermedios (BI), 7,4%. Piezas y accesorios para bienes de capital (PyA) creció 3,3% y fue el único uso con variación positiva.
Mientras el mes pasado la balanza comercial registró un déficit de US$ 126 millones, en abril de 2022 hubo un superávit de US$ 1.454 millones.
AQ
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