La pregunta del millón: ¿El dólar blue de $1.000 es caro o barato?

Cuando en medio de una corrida cambiaria le preguntaban al economista Miguel Bein si el precio ya disparado del dólar era caro o barato, salía del encierro con otra pregunta no tradicional.

¿En tiempos de la guerra fía, cuánto pagarías un taxi para pasar de Alemania oriental a Alemania occidental atravesando el Muro de Berlín? Muchas veces la respuesta era: imposible de definir otras, cercano al infinito. En los dos casos, determinado por el pánico.

Que el dólar blue de $1.000 de estos días refleja un nivel importante de incertidumbre está fuera de discusión pero la pregunta se renueva a diario: ¿es caro o barato?

Si se mira el dólar oficial mayorista de $350 y se saca la cuenta frente al blue de $985 la brecha de 181% es otro indicador del alto nivel de incertidumbre.

La diferencia entre la actual corrida al dólar y las anteriores podría situarse entre la distancia entre riesgo e incertidumbre.

El riesgo se puede calcular (el dólar "recontra alto" de Guido Di Tella en 1989 con un peronismo apuntando al triunfo) pero la incertidumbre sobre el alcance de un nuevo marco cambiario, no.

La inmensa nube de dudas que genera la posibilidad en el horizonte de una dolarización total de la economía tendrá el domingo un principio de respuesta.

La propuesta de dolarización del líder de la Libertad Avanza navega en la nebulosa a partir de que para concretarse necesitaría de una cifra de entre US$ 25.000 y US$ 30.000 millones para cambiar por dólares todos los pesos.

Intentar dolarizar sin ese paquete de divisas implicaría llevar el oficial a un valor superior al blue de estas semanas.

¿Y cual es el tipo de cambio real actual?

En la Argentina hoy coexisten unos 20 tipos de cambio distintos a partir de la política oficial de mantener el cepo y el dólar oficial en $350 el mayorista y abrir discrecionalmente dólar soja, campo, Vaca Muerta, auto, solidario, tarjeta, Netflix, etc, etc.

Según el cálculo de la consultora Empiria el "tipo de cambio ponderado" es de $465 y el "tipo de cambio financiero ponderado" es de $572, mientras que el "exportador ponderado" es de $413.

Desde ya que los dólares "especiales" que fue autorizando Sergio Massa en su búsqueda desesperada de divisas quedan empequeñecidos frente al contado con liquidación de $929 y los $350 del oficial son casi una pieza de museo.

Los agentes de policía, de Aduana y de la AFIP frente a las casas de cambio para desalentar la compra de dólares el martes después del feriado largo y a cuatro días hábiles de la elección presidencial formaron parte de la foto de la impotencia.

El gobierno las prefiere a las inquietantes colas de compradores minoristas buscando dólares, una imagen que sumada a la inflación anual de 138% y al 40,1% de pobreza del primer semestre constituyen algunos de los datos más dolorosos de la herencia para el próximo gobierno.

Con la brecha cambiaria en 181% y a cuatro días hábiles de las elecciones la postergación de decisiones comerciales importantes está a la orden del día.

Comprar mercaderías, dólares, autos, inmuebles, etc, entró en período de espera porque los vendedores no aparecen.

Desde hace semanas, empresas, comercios y particulares destinan pesos hacia mercaderías o productos en el intento de preservar valor frente a disparada simultánea del dólar y la inflación después de la devaluación del 14 de agosto.

En esa carrera no todos podrán salir victoriosos y la pregunta vuelve al punto de partida: ¿Por qué si el tipo de cambio real oscila entre $413 y $572, el blue ronda los $1.000?

Una respuesta posible es porque los expertos, en general, creen que hay una devaluación en el horizonte cercano, sea quien sea el candidato que triunfe en las elecciones.¿Pero de tanta magnitud?

El nivel de la devaluación futura dependerá del plan de reducción del déficit fiscal que se proyecte y de la credibilidad que despierte su implementación.

Pero hay algo que el gobierno comprobó y la población sintió con intensidad en los bolsillos: devaluar sin un plan creíble se traslada aceleradamente a los precios y el tipo de cambio resultante vuelve rápidamente al punto de partida.

A eso se agrega lo que podría considerarse el doble "efecto Milei".

Javier Milei festejando la trepada del dólar blue al decir que cuanto más alto más favorecería la dolarización y su remate, sugiriendo que los ahorristas no deberían renovar sus depósitos en pesos porque el peso "es menos que excremento" agregó material a la nube de incertidumbre económica reinante.

Y de ese contexto se nutre una de las dudas de fondo para explicar el dólar blue de los $1.000 y la brecha cambiaria sideral: ¿cómo resolverá el próximo gobierno el problema conocido como "montaña de Leliqs?

Las letras de liquidez (Leliqs) forman parte de los pasivos del Banco Central y junto a la otra deuda que son las operaciones de pase superan los $20 billones generando por sus intereses una emisión autónoma de la friolera de más de $2 billones al mes.

Muchos pesos, pocos dólares, incertidumbre política acentuada y un gran signo de interrogación en el futuro cambiario impiden saber si un dólar blue es caro o barato.

Pero el desajuste de la economía es tal que los compradores parecen dispuestos a pagar por adelantado el taxi aunque desconocen si podrá cruzar el Muro de Berlín.

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