La victoria de Javier Milei en Argentina y los divertidos titulares de medios izquierdistas

La izquierda mediática es una de las principales protagonistas de ese alejamiento de la realidad que tiene como base la incapacidad para admitir la discrepancia y el afán por demonizar al que se aparta de los dogmas izquierdistas, con un grado de intolerencia y de fanática ortodoxia que haría llorar de felicidad a tipos como Stalin o Mao. Su alejamiento de la realidad de nuestra sociedad, en la que hay diversidad de opiniones y de ideologías a pesar de su afán por imponernos un pensamiento único, ya llega a cotas estratosféricas.

Este domingo Argentina celebró la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales entre dos candidatos: el socialista Sergio Massa y el liberal Javier Milei. Massa es el ministro de Economía del presidente del izquierdista Alberto Fernández, que ha gobernado Argentina desde 2019, llevando al extremo la época de decadencia iniciada por el socialismo peronista, una decadenia que llevó a Argentina de ser un país rico a ser un país subdesarrollado. Milei ha ganado las elecciones con una apuesta decidida por la libertad económica, es decir, por introducir en Argentina la receta que ha llevado al éxito a países como Irlanda o Taiwán. En su contra estaban los partidarios de las recetas socialistas que han arruinadodo la propia Argentina, Venezuela y también España.

Los medios izquierdistas, indiferentes al daño que ha hecho el socialismo en Argentina, han mostrado su enfado exhibiendo una vez más un sectarismo ideológico que es muy divertido, porque evidencia su falta de credibilidad y demuestra la incapacidad de los medios de izquierda para aceptar que el pluralismo ideológico propio de las sociedades democráticas. Veamos algunos ejemplos:

El País. El periódico socialista español, un medio muy afín al gobierno de Pedro Sánchez, llama «ultraderechista» a Milei (que es un liberal) pero nunca llama «ultraizquierda» ni siquiera a las dictaduras comunistas ni a sus partidarios en Occidente, entre ellos varios ministros de Sánchez.

Eldiario.es. El diario digital de ultraizquierda que dirige Ignacio Escolar, otro de los medios afines al gobierno de Pedro Sánchez, también llama «ultraderechista» al liberal Milei. Esto no es nada extraño, si tenemos en cuenta que Escolar es un tipo que ve ultraderechistas en todas partes.

Público. Este panfleto ultraizquierdista, otro de los palmeros mediáticos del gobierno de Sánchez, se pone dramático y dice que «Argentina se asoma al precipicio», a la vez que también llama «ultraderechista» a Milei. Ese país hace años que se arrojó al precipipio socialista con fatales consecuencias para el pueblo argentino, pero Público debía estar jugando a alguna app para perseguir a disidentes cuando eso ocurría.

El Plural. Este panfleto socialista radical, que parece más una parodia de la propia izquierda que un medio serio, se pone aún más dramático que Público y dice que «Argentina se asoma al abismo tras la victoria de Milei», todo ello encuadrado en un bloque de luto para dejarnos claro el desconsuelo en su redacción. Sólo les faltó decir que Godzilla se acerca a las costas argentinas para completar esa ridícula forma de dar una noticia.

The New York Times. El diario izquierdista más influyente de Estados Unidos asocia a Milei con la «ultraderecha mundial», simplemente porque hoy Argentina sale de las redes de influencia de dictaduras como Cuba, Venezuela e Irán. Para completar la teoría de la conspiracón, el NYT podría haber asociado a Milei con una conspiración extraterrestre o tal vez con un intento de una civilización extradimensional para invadir Argentina y acabar con el socialismo.

The Guardian. El diario izquierdista británico elige uno de los titulares más divertidos: etiqueta a Milei como «libertario de ultraderecha», con lo cual está asociando el discurso liberal del ganador en estas elecciones con un extremo de la política conocido por su antiliberalismo. El titular The Guardian es tan ridículo como si le hubiese llamado «comunista antimarxista», pero la confusión mental de la izquierda occidental llega tan lejos que no me extrañaría acabar leyendo algo así en ese diario…

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