No habrá Navidad de Harry y Meghan, los duques de Sussex, y sus hijos, los príncipes Archie y Lilibet para conocer a sus primos y tíos en el palacio de Sandringham, el “estate” del rey Carlos III en Norfolk. Endgame, el libro de Omid Scobbie, que relata las nuevas disfunciones de la reciclada Casa de Windsor, va a alejar a unos de otros nuevamente.
Las revelaciones de cómo funcionan en sus relaciones y la existencia de “no uno sino dos Royals” que “preguntaron por el color de la piel de los hijos de Harry y Meghan”, según la carta que Meghan escribió al rey, los separarán más que antes.
El primer anticipo salió en la revista francesa Paris Match. Después una reseña en The New York Times. Ahora es el tiempo de refutar las acusaciones de los tabloides británicos, que no tuvieron los derechos. El libro se publicará este martes en Gran Bretaña.
Omid Scobbie, un corresponsal “royal” que trabaja para NBC y Harper´s Bazaar, escribió la primera biografía de Finding Freedom, cuando los Sussex abandonaron la Familia Real. Esta segunda obra no es sobre ellos especialmente sino que busca reflejar la crisis de la nueva familia real, de la monarquía, el débil carácter del rey Carlos III, el poder de “operadora” de Camilla, la nueva reina, y la volcánica personalidad de William, el príncipe de Gales, que considera que el reino de su padre es apenas transitorio y se prepara para reemplazarlo.
Los cortesanos acusan a Scobbie, hijo de un británico y una iraní, de estar confabulado con los Sussex para escribir contra ellos. Scobbie vive en Hollywood y cree que en el reino donde nació lo detestan.
En su nueva obra relata cómo el rey es débil, celoso de que roben su protagonismo y que no mantiene una fluida relación con su hijo William, aunque parezca otra cosa. Camilla, la nueva reina, es “una brutal operadora”.
La primera reseña, publicada en The New York Times, decía que Endgame estaba “dedicado a dejar las cosas claras sobre pequeños desaires contra los Sussex”, incluida la ahora infame disputa entre Meghan y Catherine sobre quién hizo llorar a quién en una prueba de vestido de dama de honor.
Vestirlas como Diana
Se animó a contar que a la duquesa de Sussex y a la princesa de Gales los cortesanos les sugirieron vestirse como Lady Di para que parte de su brillo las “contagiara”, afirmó el biógrafo de los Sussex.
En el libro, que se publicará esta martes en Gran Bretaña, Omid Scobbie argumenta se hizo “un enorme esfuerzo” en el palacio para que Kate y Meghan se vistieran en un estilo similar a Diana, la princesa de Gales. Es más: se consultó a sus dos hijos sobre esta decisión.
El príncipe William, príncipe de Gales de Gran Bretaña, la princesa Kate, el príncipe Harry la duquesa Kate. Foto AFP
"Durante los últimos 13 años, el “cosplay” de Diana se ha convertido en un elemento básico de la realeza", escribió.
Scobie añade: “En el momento adecuado, esto puede ser un gesto dulce. Pero también hay una sensación ligeramente incómoda, cuando te das cuenta de que, a menudo, está orquestado dentro del mismo sistema que contribuyó a que viviera en la miseria y una institución que todavía quiere algo del brillo de Diana para contagiarlos”.
Los colores verde loro de un atuendo de 2019 de la duquesa de Sussex parecen inspirados en el look de Diana en 1989.
En 1987, Diana usó un vestido rosa bebé de Catherine Walker, con hombros descubiertos para un ballet en Berlín, similar al vestido de Carolina Herrera que Meghan usó para Trooping the Color en 2018.
En comparación, la princesa de Gales ha usado varios conjuntos que recuerdan al de Diana, incluido el vestido de terciopelo negro sin tirantes, con volantes en el corpiño, que eligió para los premios Sun's Military Awards en 2011, que era similar a un vestido que Diana usó en el Goldsmiths' Hall de Londres en 1981.También el traje de falda roja , con cinturón negro y jersey negro en 2001, que era casi idéntico al traje naranja que Diana usó en Liverpool en 1995.
Tanto la princesa, de 41 años, como la duquesa, de 42, a menudo han comparado sus elecciones de vestimenta con las de Lady Di.Aunque nunca ha habido ninguna confirmación pública de que fuera deliberado.
Monarquía en crisis
El tema general, según Scobie, es que la monarquía se encuentra “en una encrucijada” y “su futuro en crisis”.
Califica a la institución de “sorda, racista y financieramente imprudente”, echando sal en las heridas, al agregar que todo ha ido cuesta abajo desde que Carlos se convirtió en rey.
"Cuando la reina Isabel II estaba al mando, logró mantener gran parte de eso a raya", escribe.
En comparación, el duque y la duquesa de Sussex están “en un buen lugar” y no prestan atención a los titulares negativos. Se dice que el duque está trabajando “en algo” en el "área militar". La duquesa está "construyendo 'algo más accesible, algo arraigado en su amor por los detalles, la curaduría, el hospedaje, los placeres simples de la vida y familia".
Scobie, dijo al Sunday Times que era consciente de que "no agradaba mucho en Gran Bretaña" y que actualmente está alquilando una casa en Hollywood. El orquestó su propia estrategia de marketing para publicitar el libro, dejando a sus editores con sede en el Reino Unido en gran parte en la oscuridad.
El único periódico al que envió una copia anticipada para su revisión parece haber sido The New York Times, que conjeturó: “Hemos oído mucho sobre esto antes”.
Scobie ha insistido en que ni el duque ni la duquesa contribuyeron directamente al libro de 400 páginas.
Los Sussex se han distanciado del libro, mientras que tanto el Palacio de Buckingham como el Palacio de Kensington declinaron hacer comentarios.
La reina "operadora"
La Reina no es fanática de la cultura Woke. Scobie afirma que Camilla “pone los ojos en blanco” cuando surgen temas como “la identidad de género o el veganismo”.
Se cita a una ex asistente diciendo: “Incluso las opciones sin gluten o sin lácteos en el menú de un restaurante la molestan”.
El libro también alega que después de que Piers Morgan llamara a Meghan la “Princesa Pinocho” en Twitter, en 2021, cuando ella habló de sus sentimientos suicidas, Camilla “le agradeció en silencio por defender a la Firma”.
Scobie sugiere que el Palacio de Buckingham mintió cuando dijo que Camilla nunca sería reina. Sin embargo, señala que ahora “por fin, el público la tolera”.
Tampoco parece haber podido resistir una referencia a “Tampon gate”, una conversación telefónica privada entre Camilla y Charles en 1989, que fue grabada sin su conocimiento, donde el le dijo que le gustaría ser su Tampax.
Kate y Meghan
Scobie retrata a Kate, la princesa de Gales, como “una mujer aterrorizada de hacer algo más que fotografías sonrientes”. Afirma que hubo que convencerla para que apareciera en Blue Peter en 2019.
En agosto del 2000, William, Harry y Carlos. Foto AFP
Le dijo a The Sunday Times: “En la cobertura de Kate, la infantilizamos enormemente para que el nivel sea siempre más bajo”."Los pequeños logros que hemos visto de la Princesa de Gales quizás no se notarían si fuera de otro miembro de la familia real. Pero con Kate es como '¡Guau!'", declaró.
El autor también describe a la Princesa de Gales como “una persona de bajo rendimiento”, que “tiene demasiado miedo de equivocarse como para asomar la cabeza por encima de la ligustrina”.
"Eso realmente pondrá nervioso a William", dijo otra fuente.
“Está inmensamente orgulloso de lo que ha logrado su esposa. La princesa ha sido la fuerza impulsora de gran parte de su trabajo, especialmente en lo que respecta a mejorar la salud mental", dijo.
Scobie afirma que Kate, la princesa de Gales, copia el estilo de vestir de Meghan . Sugiere que su proyecto fotográfico Hold Still “recuerda” a Together, el libro de cocina de los sobrevivientes del incendio de la torre Grenfell, que Meghan inventó en el 2018.
Sin embargo, sugiere que la madre de tres hijos, de 41 años, se ríe cada vez que se menciona el nombre de Meghan.
El libro también apunta al Rey, quien “a menudo siente envidia” de la popularidad de sus hijos. Se dice que utilizó los problemas de drogas de Harry ,en la adolescencia, para mejorar su propia imagen.
El rey Charles consideró que el príncipe Harry era un “tonto” por hacer una serie documental de Netflix. Pero el autor lo acusa de “ineptitud” al abordar toda la saga de Harry y Meghan.
En el libro se lo presenta al rey como “un derrochador” y “un hombre mimado, que insiste en que le planchen los cordones de los zapatos” y “viaja con una ropa de cama de 1.000 hilos, que debe estar perfectamente planchada al vapor”.
Scobie afirma que antes de la muerte de Isabel II, los asistentes reales no creían que él estuviera a la altura del puesto más alto, careciendo tanto de “el valor” como de “la visión para el próximo capítulo de la familia”.
"Ha habido una especie de comprensión de lo que es el papel en comparación con el de Príncipe de Gales, donde había un poco más de libertad y personalidad".
William,el Príncipe de Gales, de 41 años, es descripto como un “hombre de directorio”, “impetuoso”, que está cada vez más dispuesto a permitir que el palacio despliegue “trucos sucios” que lo favorecen.
Scobie alega que el Príncipe William es “una figura hambrienta de poder”, que está en “modo heredero” y “en camino de chocar con su padre, el Rey”.
"Hubiera sido bueno verlos unirse en ciertos proyectos, tal vez en los primeros años, para formar ese frente unido. Pero todos están trabajando solos", dijo al Sunday Times.
Se dice que tanto el Príncipe como la Princesa de Gales encontraron “divertidísimo” el ver satirizar a Harry y Meghan en South Park.
Los partidarios saltaron en defensa del futuro rey, expresando su enojo y frustración porque Omid Scobie estaba "vendiendo" lo que describieron “como teorías de conspiración” "disfrazadas de hechos", antes de la publicación de su nuevo libro.
En extractos de Endgame, su segundo libro que ataca a la Familia Real, así como entrevistas para publicitarlo, Scobie ha sugerido que William "priorizó su lealtad a la monarquía" sobre su hermano y filtró activamente información sobre Harry y Meghan para socavarlos.
El Palacio de Kensington ha guardado silencio ante el furor, pero la frustración de los leales a William era clara. Uno le dijo al Mail que la descripción que hizo Scobie del heredero al trono era "todo lo contrario" del mantra personal de William.
"Siempre ha sido muy reservado cuando se trata de su familia y dejó claro a cualquiera dentro de su órbita que no haría 'tratos' con los medios", dijeron.
Meghan ha decidido “no poner jamás un pie en Gran Bretaña para no ser parte de la “soap opera” de la monarquía británica”.
PB
Comments are closed.