La inflamación a los pulmones del Papa argentino que lo obligó a cancelar su visita a Dubai, capital de los Emiratos Árabes Unidos, complica un tanto el panorama porque el viaje era muy importante para Jorge Bergoglio.
Incluía más de treinta encuentros con los personajes principales de la cumbre de la ONU sobre el clima, que ansiaban encontrarlo, y es reconocido su liderazgo en la cuestión del deterioro climático mundial, que lo llevó a escribir una encíclica sobre el tema.
En el Vaticano se informó que se estudia ahora la “modalidad” de la participación de la Santa Sede en la conferencia Cop28 tras la suspensión del viaje de Francisco.
“La delegación participará de las dos semanas de trabajos, pero yo participaré solo en la primera parte de los trabajos”, declaró el secretario de Estado Pietro Parolin, que ha acumulado mucha experiencia sobre el tema en los encuentros y documentos previos.
La ausencia del Papa por sus problemas de salud se hace sentir sobre todo por su rol de jefe de Estado que una larga fila de otros jefes de Estado y de gobierno mundiales que querían aprovechar para conversaciones que se podían alargar, debido a la urgencia de crisis políticas peliagudas, como la guerra en Oriente Medio y la invasión de Ucrania por Rusia, que está por cumplir dos años.
El Papa Francisco y Pietro Parolin en una imagen de 2018. Foto: REUTERS
En estos temas ha participado mucho como principal colaborador de Bergoglio el cardenal Parolin, quien en una entrevista dijo que “La Iglesia sigue teniendo confianza en la diplomacia”.
La salud del Papa genera tensiones
La enfermedad del Papa crea potenciales problemas internos, porque estaba previsto un tiempo de dos años para enmarcar y contener los grandes conflictos dentro de la Iglesia católica en el ciclo de los sínodos de los sínodos, cuya primera parte tuvo lugar en octubre en el Vaticano. El próximo octubre está prevista la segunda parte.
Algunos observadores sostienen que el “momentum” para poner en marcha una sucesión controlada por el mismo Papa argentino debía sobrevenir una vez que las dos fases del sínodo hubieran completado su misión.
Si la salud del Papa, que el 17 de diciembre cumplirá 87 años, no arroja sorpresas, esto será posible. Pero también es probable que la realidad obligue a adelantar el proceso.
No escapó a los que siguen de cerca las alternativas de la interna vaticana que el cardenal Parolin haya dirigido el 23 de octubre una carta a la cúpula del Episcopado alemán, en la que señala que hay dos propuestas del Camino Sinodal interno germano que “violan enseñanzas no negociables de la Iglesia: la ordenación de las mujeres y la enseñanza de la Iglesia sobre la pecaminosidad de los acto homosexuales”.
Esta posición tajante es compartida evidentemente por el mismo Papa. Todas estas cuestiones deben ser tratadas por los obispos alemanes con los miembros de la Curia Romana, encabezada por el Secretario Parolin, en la primavera de 2024.
En otra misiva se asegura que el cardenal Parolin marcó a los alemanes las líneas rojas que el Vaticano no está dispuesto a pasar en el diálogo con los obispos y otros impulsores del paquete de reformas puesto en marcha por la Iglesia germana desde que comenzó su propio camino sinodal hace tres años.
El Papa Francisco debió suspender su viaje a Emiratos Árabes por recomendación médica. Foto: AFP
Estas afirmaciones por un lado refuerzan la imagen moderada de Parolin y por la otra su sintonía con el propio Papa. El cardenal nunca ha sido considerado “un bergogliano”, pero tampoco ha sido sospechado de connivencia con los conservadores.
La interna vaticana y el rol de Pietro Parolin
En la difícil interna de la Iglesia Parolin termina acomodándose en una posición de privilegio que ha mantenido con una gran coherencia. Está en el medio y por encima de los encontronazos entre las facciones progresistas y conservadoras.
Es difícil predecir qué papel va a jugar también en el tema de la sucesión del Papa el nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández.
Desde luego que la posición del nuevo titular de un ministerio tan importante suscita muchas expectativas, pero nadie duda que las opiniones de “Tucho” Fernández están en absoluta armonía con las del Papa y amigo Jorge Bergoglio.
Parolin tiene un tanto muy importante a su favor. Es italiano. Como el hasta ahora solitario favorito a la sucesión, el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, la italianidad le agrega un importante paquete de votos en el Cónclave.
Hay grupos conservadores que conspiran desde hace rato contra la candidatura continuista de un bergogliano, que podrían estar dispuestos a lograr un acuerdo que evite una lucha sangrienta, votando por un candidato de unidad.
El cardenal Parolin parece la figura que reúne las mejores condiciones para dar vida a un arreglo. Pero falta aún mucho terreno por recorrer en un escenario de encontronazos entre conservadores y progresistas, en el que los que apoyan a un sucesor querido por Jorge Bergoglio lucen mayoritarios en el próximo Cónclave.
CB
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