Cuáles son las partes del cuerpo son sensibles al dolor
Cuáles son las partes del cuerpo son sensibles al dolor
La intensidad del dolor corporal depende de diferentes factores como pueden ser la contextura física, el género, la capacidad de resistir dolor y la zona donde se produzca la molestia. Por ejemplo, las partes con menor porcentaje de músculo y aquellas donde se concentran las terminaciones nerviosas son las más sensibles al dolor.
El umbral del dolor es diferente en cada individuo, aunque los especialistas aseguran que hay algunas zonas más propensas a sentir un fuerte dolor que otras. La genética y factores hormonales también serán determinantes para soportar las molestias corporales.
Una de las zonas más habituales y sensibles al dolor es la espalda, más precisamente la zona lumbar. Esta zona puede sufrir dolores por un mal movimiento, la vida sedentaria y la artrosis, como también por el paso del tiempo. Es decir, casi todos están expuestos a sufrir un fuerte dolor en la zona lumbar.
No obstante, hay algunos puntos específicos del cuerpo que duelen más que otros al recibir un golpe. Aquí, sobresale la zona del “hueso de la risa”, un nervio cubital que corre por detrás del codo. Zonas similares a esta son la tibia y la rodilla, el coxis o una mordedura en la lengua.
¿Los hombres son más sensibles al dolor que las mujeres?
Como se menciona anteriormente, la genética también cumple un rol fundamental en la capacidad para resistir el dolor. Existe un informe de las universidades canadienses de McGill University y Toronto que realizaron experimentos con ratones y humanos para develar la incógnita.
Primero comenzaron estudiando a ratones para conocer la hipersensibilidad al dolor que tenían. Allí, observaron una gran diferencia en los niveles de los machos y las hembras. Ante ello, decidieron expandir el experimento a pruebas humanas.
Para esta investigación citaron a 41 hombres y 38 mujeres entre 18 y 40 años. Estas personas se reunieron en una habitación donde les aplicaron calor en el antebrazo para ver cómo reaccionaban a un dolor leve. Luego, las personas debían calificarlo del 1 al 10, repetir el proceso con una intensidad de dolor mayor y volver al día siguiente.
Para esto, los pacientes se colocaron una pulsera que medía la tensión arterial. Al volver al segundo día, los científicos detectaron que los hombres calificaron la prueba leve aún más dolorosa que el día anterior, algo que no ocurrió con las mujeres.
El segundo día de pruebas, tanto los humanos como los ratones machos presentaron estrés antes de volver a recibir calor en los brazos. Este estrés causó una mayor sensibilidad al dolor, y esto se comprobó luego de que a los ratones se les otorgara un medicamento que bloquea la memoria.
Al no recordar el dolor leve sufrido el día anterior, los ratones volvieron a presentar los mismos niveles de dolor que tuvieron el primer día de pruebas.
"Nos propusimos hacer un experimento para observar la hipersensibilidad al dolor en ratones, y encontramos unas sorprendentes diferencias en los niveles de estrés entre los ratones machos y hembras. Había razones para esperar una mayor sensibilidad al dolor el segundo día, pero no había ninguna razón para esperar que fuera específico para los hombres. Fue toda una sorpresa", explicó uno de los autores del estudio ante la BBC.
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