Luego de una breve charla del acusado con su letrado, Martín Zuleta, decidió dar su versión de los hechos.
El camión zigzagueaba an ambos carriles de una ruta provincial poniendo en riesgo la vida de terceros, mi propia vida y la vida de los policías que llevábamos adelante la persecución. En reiteradas oportunidades venían vehículos de frente que tuvieron que hacer desviados por las señas del personal policial para que no haya un accidente fatal
«Lo único que yo intenté hacer en todo momento fue persuadir al conductor para que detuviera la marcha del rodado. Jamás, jamás, bajo ninguna circunstancia mi intensión fue causar la muerte. Lo único que estaba tratando es que detuviera la marcha», explicó Rodríguez ante la jueza de Garantías, Flavia Allende.
Y agregó, «ese conductor ya no era una contravención era una resistencia y atentado a la autoridad, ya era un delito». Para cerrar dijo: «obré en lo que entendí era mi deber. Nunca recibí órdenes ni directivas porque el HT (el equipo de comunicación) estaba sin batería». Luego se quebró, pidió abrazar a su familia y lloró desconsoladamente.
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