La nueva longevidad, los créditos y el prime time

Las ventajas del prime time son el alcance e impacto de lo que se pueda decir. La desventaja es que todo lo que digas allí puede ser usado en tu contra, como le paso a la señora Diana Mondino durante el último programa con la señora Mirtha Legrand.

En medio de un diálogo que discurría por el affaire de los seguros, la canciller Mondino deslizó que los jubilados no deberían/podrían ser beneficiarios de créditos porque se van a morir pronto, palabras más, palabras menos. Lo vieron todos, lo escucharon todos y así fue interpretado. Nada que haya sido sacado de contexto. Un pensamiento puro y duro, al que le siguieron risas y afirmaciones de vivir hasta 106 años. Hasta aquí lo que se vio y escuchó.

La nueva longevidad esta cada día más presente en la agenda. Lo vemos con la próxima elección de Estados Unidos, con la reforma jubilatoria en países como Francia, en la cada día mayor cantidad de personas centenarias en el mundo (en nuestro país hay más de 15.000), en Netflix y en nuestras calles.

Argentina es un país con alta proporción de personas mayores, en una región donde en 2030 habrá más personas de más de 60 años que de 15 y donde hoy son mas de 88 millones de personas que representan cerca del 14% de la población de América Latina.

Lo que quedó patente en la declaración de la señora Mondino no solo es la falta de conocimiento sino de ideas. Las risas o una expresión confrontativa no deben empañar la necesidad de un debate profundo sobre un tema cada vez mas relevante.

El aumento de la esperanza de vida y del número de personas mayores será uno de los mayores efectos transformadores de la sociedad del siglo.

Sin embargo, las personas mayores han quedado fuera del debate político. Ningún candidato les hablo en la última elección y hoy se ven ninguneadas en programas de máxima audiencia donde su icónica conductora tiene… ¡97 años!

Una persona que hoy cumple 65 años en Argentina tiene en promedio cerca de 20 años por delante. Además, según un estudio de 2012, 8 de cada 10 personas mayores de nuestro país son propietarias de su vivienda, terreno o apartamento.

Dos datos que suelen ser tenidos en cuenta por cualquier institución financiera a la hora de otorgar créditos sin considerar la cuantía. La mayor parte de los créditos que toman las personas mayores son para cuidados de largo plazo o para aumentar la seguridad de su hogar y poder vivir en ellos el mayor tiempo posible.

Hablar de nueva longevidad y de personas mayores nos obliga a llevar el debate a otro nivel donde la pobreza de conocimiento y etiquetas como “jubilado” queden de lado. Debemos pensarlo en serio, viendo que se esta haciendo en otras partes del mundo y no quedaremos con la estupidez de seguir pensando que a la edad de jubilación es jubilarnos de la vida y sentarnos a esperar el día final.

La nueva longevidad y la segunda mitad de la vida como etapa del curso de vida no son blanco o negro. En esta etapa la diversidad es la regla y por lo tanto necesitamos soluciones innovadores. Todos queremos ciudades habitables, seguridad, buena educación y una salud publica competente; las personas mayores también. Necesitamos compromiso de nuestros políticos, otrora llamados servidores públicos.

La actual visión de algunos de ellos nos muestra que no hay ni compromiso ni visión para resolver estos problemas. El análisis actual es descuidado, vago y no toma en serio la situación. El obstáculo parece ser el liderazgo político y el prime time de la televisión nos ayuda a verlo claramente, un medio visto en su mayoría por personas en la segunda mitad de la vida.

Diego Bernardini es médico, máster en Gerontología y doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, España y profesor en la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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