Luis Caputo bajó la tasa y los ahorristas apuntan a los bancos y al dólar
El ministro de Economía bajó la tasa de referencia de la política económica y liberó a los bancos de pagarle a los ahorristas un mínimo de 9,1% mensual por los depósitos a plazo fijo.
La rebaja de 100% a 80% anual (6,6% mensual) de la tasa para los pasivos monetarios que le paga el Banco Central a los bancos, y la eliminación de la tasa mínima para los plazo fijo, entró en vigencia en forma inmediata y se tradujo en la posibilidad de una renta sensiblemente menor para las colocaciones en pesos.
Los depósitos que el viernes 8 de marzo le ofrecían 9,1% mensual a los depositantes, el martes 12 pagaban, en promedio, menos de 6%.
Una primera lectura de los operadores financieros era que Luis Caputo estaba jugando a tres bandas: 1) desalentando a los bancos a tomar plazo fijo para después prestarle el dinero al Central, 2) bajando el pago de intereses por la "montaña" de pasivos monetarios y 3) dándole un poco de aire a los dólares financieros (Mep y contado con liquidación) que con la brecha en 20% le podría desalentar la liquidación de exportaciones.
Pero la búsqueda de argumentos resulta insuficiente para explicar la movida frente a una ecuación de tres variables económicas que se mantienen en falsa escuadra.
Con el aumento del costo de vida de febrero, el esquema muestra la inflación subiendo 13,2%, la tasa de interés en 6,6%, el tipo de cambio oficial subiendo al 2%. ¿Cuál sería el ancla para contener un ritmo anual de suba de precios de 276,2%?
Una respuesta repetida del gobierno es tener superávit fiscal, pero la sostenibilidad de ese resultado no está asegurada en el tiempo.
De hecho, los números demuestran que el grueso del ajuste descansa en la licuación de las jubilaciones, un resultado difícil de sostener.
A eso se suma la negociación por los impuestos entre el gobierno y los gobernadores, que se presenta difícil y sin una resolución sostenible a la vista.
Pero aún suponiendo que el gobierno apuesta al "ancla" fiscal, la baja de la tasa ya tuvo un primer reflejo al día siguiente en la suba de 5% del dólar Mep ($1.046) y de 4,2% en el CCL a $1067.
La baja de la tasa de plazo fijo y la sub del dólar se presenta como un resultado de manual en la Argentina pero, tal vez, el ministro quiera filmar otra película relacionada con que en el último mes la ganancia en dólares de las colocaciones a plazo fijo fueron muy importantes.
¿Será que Caputo no está midiendo la "negatividad" de la tasa de interés frente a la inflación, sino la "positividad" de la tasa en pesos frente a la caída del dólar blue desde enero?
El blue cayó 13% entre fin de enero y fin de febrero. A eso habría que adicionarle un 9,1% por la renta de un plazo fijo para redondear una ganancia en dólares más que importante.
Será ese "carry trade" el que mira el ministro, o las dos caras del momento que presentó en un informe reservado a inversores el economista Carlos Pérez sobre el retroceso de los dólares financieros.
Sostiene el informe: El clásico "canuto" se está deshaciendo, por lo que ahora es más oferta que demanda habida cuenta la caída de los salarios reales en una situación de "recesión profunda". También, agrega que el 20% de las exportaciones no van al BCRA y alimentan la oferta de dólares financieros y la vigencia del cepo cambiario.
Esos tres elementos: "canuto"(ahorro en dólares), "dólar blend" ( 80% oficial, 20% CCL) y cepo cambiario contribuyen a poner el foco en un tema que sigue desvelando dentro y fuera de Economía: ¿el dólar oficial seguirá moviéndose al 2% mensual después de marzo?
Si se repasa el trípode de inflación de 13,2% en febrero, tasas de 6% mensual y devaluación de 2%, la primera respuesta sería no; porque así el dólar volvería a una situación de atraso y entrarían en zona de riesgo la liquidación de exportaciones y, por ejemplo, el compromiso ante el FMI de mostrar US$ 10.000 millones en las reservas del Banco Central.
Actualizando el dólar al 2% mensual, el resultado en términos de moderar la inflación está a la vista con el 13,2% de febrero (enero, 20,6%) cuando también tuvieron un rol destacado la fuerte caída de las ventas y la expectativa de profundización de la recesión.
Caputo enfrenta ahora, y después de que el Banco Central comprara US$ 7.000 millones para las reservas, el viejo dilema cambiario argentino: si devalúa podrá favorecer la liquidación de exportaciones, pero también un salto en la inflación. Y, si no lo hace, podrá moderar la suba de precios pero pondrá en riesgo la obtención de dólares.
El Ministro insiste en que no piensa en devaluar y hasta el mercado viene actuando en consecuencia. Apuesta a que la salida será una aceleración del 2% a 4% o 6% del ritmo de devaluación y que eso no agitará en forma significativa al costo de vida.
Claro que el mercado también apostaba a la necesidad de una tasa real positiva en pesos para ayudar a controlar al dólar y Caputo bajó la tasa porque habría considerado que estaban ganando mucho, en términos de dólar, colocando los pesos a plazo fijo. La salida puede ir por otro lado.
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