En el segundo intento por conseguir el “sí” parlamentario, la ley de amnistía que Pedro Sánchez prometió al independentismo catalán fue aprobada este jueves en el Congreso de los Diputados de España.
Con 178 votos a favor y 172 en contra, la ley será ahora debatida en el Senado, donde la mayoría del Partido Popular (PP) -contrario a la medida que Sánchez pactó con los separatistas a cambio de que apoyaran su reelección- tratará de demorarla lo más que pueda.
La más polémica de las leyes propuestas en los cuatro meses que lleva esta Legislatura fue finalmente aprobada un día después de que se anunciara que Cataluña irá a las urnas el próximo 12 de mayo.
Y con una inquietante afirmación que los partidos independentistas catalanes realizaron este jueves en el Parlamento: luego de la amnistía, irán por el referéndum de autodeterminación que les permita elegir a los catalanes si quieren separarse del resto de España o no.
Pedro Sánchez aplaude tras la aprobación de la ley de amnistía. Foto: Pierre-Philippe Marcou / AFP)
La tan cuestionada ley de amnistía ya había sido debatida en el Congreso a fines de enero, pero los mismos beneficiarios de la medida la frenaron en la votación por considerar que no protegía íntegramente a los cientos de personas que pudieran ser acusadas de cometer delitos por haber colaborado en el referéndum ilegal y en la declaración unilateral de independencia de 2017.
El adelanto electoral que el miércoles anunció el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aporta incertidumbre a la relación del gobierno de coalición PSOE-Sumar que lidera Pedro Sánchez con los partidos independentistas que apoyaron su investidura en noviembre del año pasado.
Y agita el regreso a España, y su posible candidatura a presidir de nuevo Cataluña, de Carles Puigdemont, el ex presidente que gobernó desde el Palacio de la Generalitat entre enero de 2016 y octubre de 2017, cuando declaró unilateralmente la independencia de los catalanes y huyó a Bélgica para evitar ser encarcelado, juzgado y condenado.
Junts per Catalunya, el partido de Puigdemont, fue el que acordó la amnistía y luego votó en contra de aquella propuesta de ley porque no garantizaba que su líder quedara a salvo de posibles futuras acusaciones.
Puigdemont vive en Bélgica desde hace seis años y medio. La ley de amnistía le permitirá regresar a su tierra aunque los plazos para entre en vigencia no le permitirían estar en Cataluña para cuando tenga que asumir el nuevo gobierno que salga de las urnas el 12 de mayo.
Idas y vueltas del proyecto de ley de amnistía
La primera proposición de ley la presentó el PSOE en noviembre del año pasado. A fines de enero, el voto en contra de Junts obligó al proyecto de ley a regresar a la Comisión de Justicia del Congreso, donde el PSOE y los dos partidos independentistas catalanes -Esquerra Republicana y Junts- negociaron hasta el último día de plazo.
Finalmente, hace una semana, la Comisión de Justicia aprobó el dictamen definitivo que este jueves se aprobó en la Cámara de Diputados.
Para asegurarse que no habrá sorpresas desagradables, Junts exigió enmiendas que blindaban posibles delitos de terrorismo, traición y malversación -que algunos jueces están investigando con Puigdemont en la mira- para que, si llegaran a considerarse, sean juzgados según la normativa europea y no de acuerdo a lo que señala el Código Penal español.
“Hicimos política. Valiente y controvertida”, lo calificó el portavoz parlamentario socialista, Patxi López, a quien le tocó defender la ley de amnistía que el PSOE pactó con los catalanes.
“La política es ofrecer alternativas”, agregó. “Es trabajar para desinflamar conflictos”, subrayó López.
“Con la ley de amnistía cerramos ese ciclo de decisiones políticas con las que buscamos acabar con el tiempo del enfrentamiento y abrir el tiempo de la reconciliación y del reencuentro”, insistió.
“No vamos a parar hasta la autodeterminación”
Durante el debate en la sesión extraordinaria de este jueves, el diputado Josep Maria Cervera, de Junts, admitió: “El conflicto político histórico entre la nación catalana y la española sigue existiendo”.
“Lo que hace la amnistía es simplemente devolver a la política lo que es de la política -apuntó Cervera-. Y ciertamente ha abierto una ventana de oportunidad para negociar de vos a vos el futuro de Cataluña, de una Cataluña que nosotros queremos libre”.
A su turno, Esquerra Republicana no ocultó sus intenciones: “No vamos a parar hasta el ejercicio de derecho de autodeterminación”, dijo la diputada Pilar Valluguera.
“Esta amnistía es para la gente que puso la cara, el cuerpo. No para las personas con nombre y apellido que pueden liderar partidos”, justificó Valluguera aludiendo a Puigdemont sin nombrarlo.
Y agregó: “Es importante ser francos. Conocemos cuál es la estructura subyacente del Estado español. Toda la reacción del Estado fue desmedido porque no hubo delito y la amnistía repara que no hubo delito. No hubo golpe de Estado. No hubo malversación. No hubo terrorismo y esta ley es el reconocimiento”.
El “no” que no alcanzó para frenar la ley
El PP y Vox fueron los principales partidos que votaron en contra de la ley de amnistía.
“Traen ustedes la primera ley importante de la Legislatura y la última, probablemente”, pronosticó el presidente del PP y principal líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
“Primero no iba a haber amnistía. Después, no se iba a amnistiar el terrorismo. Luego se iba a amnistiar el terrorismo, pero sólo un poquito. Tampoco se iba a amnistiar la alta traición y finalmente amnistían el terrorismo, la malversación, la corrupción y la alta traición. Lo han acatado todo”, repasó con ironía Núñez Feijóo.
“No se atrevan a vendernos la reconciliación porque esta ley divide a España en dos y divide a Cataluña en dos”, aseguró.
“No es reconciliación. Esto es sumisión”, disparó.
Y anunció: “Esta ley no pasará el filtro del Senado. Esta ley no pasará el filtro de la Justicia. Esta ley no pasará el filtro de las instituciones que la tienen que evaluar. No pueden saltarse la Constitución así”.
“Sobre todo, no pasará el filtro de la calle. La calle la tienen perdida”, afirmó el presidente del PP.
Para Santiago Abascal, líder de Vox, la sesión parlamentaria de este jueves fue “vergonzosa, injusta e indigna”.
Calificó la ley de amnistía como el “mayor acto de corrupción” de Pedro Sánchez. “Una compra de votos y un favor personal”, aclaró.
“Hoy (por este jueves) este Congreso convierte a los políticos, siempre que sean de izquierda o separatistas, en una casta privilegiada, en una casta impune”, dijo Abascal.
Y cuando abandonaba el hemiciclo, opinó que debería renunciar el gabinete entero y convocar a nuevas elecciones.
¿Por qué importan las elecciones catalanas?
El adelanto electoral en Cataluña provocó la decisión de La Moncloa de no seguir adelante con la tramitación de los presupuestos generales del Estado para este año.
Porque Esquerra Republicana y Junts, dos de los aliados que dieron sus votos favorables -e indispensables- para que Pedro Sánchez vuelva a ser elegido presidente, entrarán en pugna el 12 de mayo y ese enfrentamiento electoral puede repercutir en las propuestas legislativas del gobierno. Sánchez ya se resignó a prorrogar los presupuestos para este año y ordenó empezar a trabajar en los de 2025.
Sin embargo las dudas en los apoyos que las futuras iniciativas del gobierno puedan cosechar inyectan dosis de debilidad en una Legislatura que arrancó en noviembre del año pasado y con los apoyos de siete partidos que incluyen a los independentistas catalanes y vascos, de derecha y de izquierda.
El País Vasco también celebrará elecciones en poco más de un mes, donde también se medirán dos aliados de Sánchez: el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH Bildu.
La aprobación de la ley de amnistía de este jueves se produce justo cuando se cumplen cuatro años de la declaración del estado de alarma por el Covid que Pedro Sánchez estableció el 14 de marzo de 2020.
Aquella cuarentena, que en España duró cien días, y lo que los españoles vivieron durante esos primeros meses de pandemia están muy presente en estos días: las denuncias de posible corrupción por el pago ilegal de monstruosas comisiones en la compra de barbijos salpica al gobierno y al principal partido de la oposición, un fuego cruzado que suma confusión e incertidumbre sobre la presidencia de Sánchez.
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