Putin celebra la victoria rusa sobre los nazis y advierte que las fuerzas nucleares «estarán siempre alerta»

Rusia se engalanó el jueves con aires patrióticos para el Día de la Victoria, una celebración de la derrota de la Alemania nazi en la II Guerra Mundial que el presidente, Vladímir Putin, ha convertido en un pilar de sus 25 años de poder y una justificación de su ofensiva en Ucrania.

El presidente aprovechó la fecha para lanzar una diatriba contra Occidente y agitó el fantasma atómico al advertir que las "fuerzas nucleares siempre estarán alertas", tres días después de haber ordenado ejercicios con arsenales nucleares cerca de Ucrania y con su socio, Bielorrusia.

"Toda la comunidad occidental" trabaja para Ucrania en su guerra con Rusia, dijo al reunirse este jueves con oficiales del Ejército que participan en la guerra, en ocasión de la fecha.

"Sabemos que el enemigo cuenta con suficientes equipos militares modernos, ya que para nuestro enemigo trabaja toda la comunidad occidental", dijo Putin durante el encuentro celebrado en el Kremlin.

Putin durante los festejos en el Día de la Victoria. Foto: EFEPutin durante los festejos en el Día de la Victoria. Foto: EFE

El presidente ruso acusó a las potencias occidentales de desear que "Rusia deje de existir en su forma actual".

"Ellos se marcaron ese objetivo aparentemente suponiendo que, en ese sistema de confrontación que están creando, Rusia era el punto débil, el eslabón débil. Estoy seguro que se han convencido de que eso no es ni mucho menos así. Seguramente, al contrario", señaló.

"Ustedes lo ven, todo el país los apoya", alentó a los jefes militares.

El discurso en la Plaza Roja

Al presidir en la Plaza Roja el desfile militar, Putin agitó el fantasma de un conflicto atómico al indicar que las fuerzas nucleares estratégicas están "siempre" en alerta.

Rusia se engalanó el jueves con aires patrióticos para el Día de la Victoria. Foto: ReutersRusia se engalanó el jueves con aires patrióticos para el Día de la Victoria. Foto: Reuters

"Rusia hará todo lo posible para evitar un enfrentamiento global, pero al mismo tiempo no permitiremos que nadie nos amenace. Nuestras fuerzas estratégicas (nucleares) están siempre en alerta", dijo el presidente ruso en su discurso durante el desfile.

Aunque 79 años después de que Berlín cayera ante el Ejército Rojo quedan pocos veteranos vivos de los que Rusia llama la Gran Guerra Patriótica, la victoria sobre la Alemania nazi sigue siendo el símbolo más importante y venerado del poderío del país y una pieza clave de su identidad nacional.

Las celebraciones del jueves en Rusia, lideradas por Putin, que esta semana comenzó su quinto mandato en el cargo, recuerdan ese sacrifico bélico y se han convertido en su feriado secular más importante.

“El Día de la Victoria une a todas las generaciones”, dijo Putin en la Plaza Roja. “Avanzamos esgrimiendo nuestras tradiciones centenarias y confiamos en que juntos aseguraremos un futuro libre y seguro de Rusia”.

Elogió a las tropas que combaten en Ucrania por su valor y criticó a Occidente, al que acusó de “avivar conflictos regionales, discordias interétnicas e interreligiosas e intentar contener los centros soberanos e independientes de desarrollo global”.

La Unión Soviética perdió unos 27 millones de personas en la guerra, una estimación que muchos historiadores consideran conservadora, y prácticamente todas las familias perdieron miembros.

Cazas rusos MiG-29 y Su-30SM sobrevuelan la Plaza Roja. Foto: ReutersCazas rusos MiG-29 y Su-30SM sobrevuelan la Plaza Roja. Foto: Reuters

Las tropas nazis tomaron buena parte del oeste de la Unión Soviética cuando invadieron en junio de 1941, antes de verse obligados a retroceder hasta la misma Berlín, donde las tropas soviéticas alzaron la bandera de la hoz y el martillo de la URSS sobre la destrozada capital. Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros aliados conmemoran el final de la guerra en Europa el 8 de mayo.

El inmenso sufrimiento y sacrificio en ciudades como Stalingrado, Kursk y la Leningrado natal de Putin —ahora San Petersburgo— siguen sirviendo como un poderoso símbolo de la capacidad del país de prevalecer contra desafíos aparentemente abrumadores.

Desde que llegó al poder en el último día de 1999, Putin ha convertido el 9 de mayo en una pieza importante de su agenda política, con demostraciones de fortaleza militar. Columnas de tanques y misiles pasan por la Plaza Roja y escuadrones de cazas sobrevuelan el lugar mientras veteranos condecorados contemplan el desfile. Muchos llevan el lazo negro y naranja de San Jorge, asociado de forma tradicional con el Día de la Victoria.

Marinos rusos participaron en el desfile. Foto: ReutersMarinos rusos participaron en el desfile. Foto: Reuters

Unos 9.000 soldados, incluidos un millar que combatió en Ucrania, participaron en el desfile del jueves.

Historias de familia

Putin, de 71 años, habla a menudo de la historia de su familia y comparte recuerdos de su padre, que combatió en el frente durante el asedio nazi a la ciudad y resultó herido de gravedad.

Putin cuenta que su padre, también llamado Vladimir, llegó a casa tras salir de un hospital militar durante la guerra para encontrar unos trabajadores que intentaban llevarse a su esposa, María, a la que erróneamente habían dado por por muerta por inanición. Pero su esposo afirmó que no estaba muerta, sólo inconsciente, debilitada por el hambre. Su primer hijo, Viktor, murió durante el asedio cuando tenía 3 años. Más de un millón de habitantes de Leningrado murieron durante el bloqueo de 872 días, la mayoría por hambre.

Soldados de la guardia de honor rusos. Foto: NATALIA KOLESNIKOVA / AFPSoldados de la guardia de honor rusos. Foto: NATALIA KOLESNIKOVA / AFP

Durante años, Putin llevó una foto de su padre en las marchas del Día de la Victoria, como hacían otros que homenajeaban a familiares veteranos de guerra, en una comitiva que se conoce como el “Regimiento Inmortal”.

Esas manifestaciones se suspendieron durante la pandemia del coronavirus y después por motivos de seguridad tras el inicio de los combates en Ucrania.

Como parte de sus esfuerzos por revalidar el legado soviético y frustrar cualquier intento de cuestionarlo, Rusia ha introducido leyes que penalizan la “rehabilitación del nazismo”, lo que incluye castigar la “profanación” de monumentos o cuestionar las versiones del Kremlin sobre la historia de la II Guerra Mundial.

Cuando envió tropas a Ucrania el 24 de febrero de 2022, Putin mencionó la II Guerra Mundial en un intento de justificar sus acciones, que Kiev y sus aliados occidentales tacharon de guerra de agresión sin provocación. Putin dijo que el principal objetivo de Moscú era la “desnazificación” de Ucrania, y describió falsamente al gobierno del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, que es judío y perdió parientes en el Holocausto, como neonazis.

Vehículos militares en la Plaza Roja. Foto: NATALIA KOLESNIKOVA / AFPVehículos militares en la Plaza Roja. Foto: NATALIA KOLESNIKOVA / AFP

Muchos observadores ven el hincapié de Putin en la II Guerra Mundial como parte de sus esfuerzos por recuperar la influencia y el prestigio de la URSS y emplear prácticas soviéticas.

“Es la identificación constante con la URSS como vencedora del nazismo y la falta de cualquier otra legitimidad sólida lo que obligó al Kremlin a declarar la desnazificación como el objetivo de la guerra”, dijo Nikolay Epplee en un comentario para el Carnegie Russia Eurasia Center.

La cúpula dirigente rusa, señaló, se ha “recluido en una visión del mundo limitada por el pasado soviético”.

Con información de agencias

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