En un sótano, contra la pared: el día que los Montoneros mataron a Aramburu
En un sótano, contra la pared: el día que los Montoneros mataron a Aramburu
Lo habían secuestrado en su departamento del centro de Buenos Aires y el "juicio revolucionario" había durado tres días. Como era de esperar, la condena fue a la pena de muerte. En el sótano de la estancia "La Celma", en el pueblo bonaerense de Timote, al expresidente de facto Pedro Eugenio Aramburu lo pusieron contra una pared y le dispararon. El asesinato fue el "golpe impactante" que buscaba Monotoneros para su "bautismo público" e inauguró un etapa marcada por la violencia.
En aquellos días de 1970 obernaba el país el general Juan Carlos Onganía. El clima era de reclamos sociales y luchas internas dentro de las fuerzas armadas. El peronismo estaba proscripto y su líder, Juan Domingo Perón esperaba en su exilio en Madrid el momento propicio para volver al país.
En ese marco, surgió la organización Montoneros cuyo primer objetivo fue presentarse de forma impactante,a partir de algún hecho de trascendencia.
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A las 9 de la mañana del 29 de mayo de 1970, un capitán y un teniente primero ingresaron al edificio de la calle Montevideo 1053 y se dirigieron al piso 8, donde vivía el ex presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.
Así se presentaron, pero no eran ni capitán ni teniente primero. Mientras tomaban café, le explicaron que estaban allí para ofrecerle custodia durante las celebraciones por el Día del Ejército. Tenían un dato clave: pocos días antes, el régimen de Onganía le había retirado la custodia policial, por lo que al general no le llamó la atención la visita.
Luego de charlar un rato, el "teniente" sacó una ametralladora que llevaba escondida dentro de un impermeable y le dijo a Aramburu: “usted se viene con nosotros”. El militar partió con ellos sin ofrecer resistencia.
Los secuestradores eran, en realidad, dos jóvenes de 22 años: Emilio Maza y Fernando Abal Medina, integrantes de Montoneros. Afuera los esperaban Mario Firmenich, vestido de cabo; y Norma Arrostito alias Gaby disfrazada con una peluca rubia.
Días antes, Firmenich se había hecho pasar por estudiante para poder ingresar a la biblioteca del Colegio Champagnat, justo frente al departamento de Aramburu. Desde sus ventanas pudo observar todos los movimientos de la futura víctima de lo que se llamó el “Operativo Pindapoy”.
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Con Aramburu, los captores se subieron a dos autos y, luego de hacer varios cambios de vehículos, viajaron en una camioneta hacia Timote, un pequeño pueblo de Carlos Tejedor, a 450 kilómetros de Buenos Aires.
El viaje duró unas 8 horas porque fueron por caminos alternativos de tierra para evitar posibles retenes policiales.
Al llegar al pueblo, se dirigiero al casco de estancia “La Celma” perteneciente a la familia Ramus, uno de cuyos miembros, Carlos Gustavo, había sido uno de los fundadores de Montoneros.
Aramburu fue llevado a una habitación donde se desarrolló días después lo que los guerrilleros denominaron “Juicio Revolucionario”. Lo acusaban de tres cargos: la ejecución de 18 militares y 9 civiles en los basurales de José León Suarez – lo que después Rodolfo Walsh denominaría “Operación Masacre”-; el robo del cuerpo de Eva Perón y por organizar un golpe militar contra Onganía.
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Como era previsible, lo condenaron a la pena de muerte.Aramburu fue llevado al sótano del lugar y lo pusieron contra la pared. Fernando Abal Medina le disparó en el pecho con una pistola 9 milímetros. Le siguieron varios tiros de gracia.
Montoneros emitió un comunicado que informó lo sucedido. De esta forma, la organización guerrillera logró su objetivo: hacer su aparición en la escena nacional a partir de un hecho conmocionante.
Ocho días después, la junta de comandantes destituyó a Onganía y puso en su lugar a Roberto Levingston. El cuerpo de Aramburu había sido enterrado en el mismo lugar del asesinato y fue hallado recién el 17 de julio.
Fuente: Radio Perfil
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