Félix Lonigro: «Mientras diga que deteste al Estado pero lo respete, a lo sumo tendremos un charlatán»
Félix Lonigro: "Mientras diga que deteste al Estado pero lo respete, a lo sumo tendremos un charlatán"
Félix Lonigro sostuvo que para que las declaraciones de Javier Milei sobre sus intenciones de destruir el Estado sean consideradas un delito debe existir un alzamiento armado. Sin embargo, aclaró que sus palabras sí representan un riesgo en el caso de convertirse en "acciones concretas". Además, indicó que si un funcionario no cumple con su juramento al asumir, puede llevarse adelante un "juicio político por mal desempeño". “Hasta que ese detestar al Estado no se manifieste en algo concreto, no hay delito, pero el riesgo existe”, aseguró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Félix Lonigro es abogado constitucionalista y profesor de la Facultad de Derecho de la UBA. Fue subdirector del Departamento de Derecho de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y coordinador del Centro Regional Norte de la misma facultad. Además, fue profesor adjunto de Historia Constitucional Argentina de la Facultad de Derecho y de la Universidad de San Isidro.
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Me pregunto si la declaración del Presidente Milei diciendo que es un topo que viene a destruir el Estado desde dentro no genera algún grado de controversia respecto de si se puede cumplir su función odiando la administración del Estado y diciendo que en realidad uno viene a destruirlo. Me gustaría escuchar su opinión, por lo menos el significado jurídico que tendrían.
Es cierto que Milei es un intemperante y agresivo, muchas veces, pero cuando escuché eso realmente a mí me generó un asombro, a tal punto que cuando lo leí, enseguida envié la captura de pantalla de la nota periodística a mis alumnos, porque nosotros en los cursos de Derechos Constitucionales explicamos justamente una materia que tiene que ver con la organización política del Estado, y siempre decimos que los Estados son organizaciones necesarias e indispensables.
Los pueblos no se organizan políticamente porque quieren cederle el poder que les pertenece a unos pocos, para que unos pocos restrinjan o reglamenten. De alguna manera, los gobiernos lo que hacen al sancionar normas para regular la convivencia es poner límite al ejercicio absoluto de nuestros derechos para que no haya caos y anarquía.
Entonces, cuando decimos que los Estados son organizaciones necesarias, que son indispensables para vivir en paz, para que haya bien común, para que haya seguridad, para que no haya anarquía precisamente, Milei es un anarcocapitalista en su propia definición, y da un poco de miedo, porque en eso se une a la otra punta del extremo ideológico, que es el comunismo, que también plantea una sociedad sin clases y sin Estado.
Los anarquistas a mí me asustan, porque los países del mundo que se manejan en términos extremos no son los modelos a los que mejor les va. Pero bueno, en la medida que quede en palabras, suena mal, pero son palabras, el problema es si con el transcurso del tiempo estas palabras se conviertan en hechos. Ahí ya estamos en problemas.
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¿No hay incompatibilidad para ejercer una función si uno odia el área en la que está asignado? ¿Eso no plantea una cuestión constitucional? ¿Se puede ejercer el Estado diciendo “odio al Estado y quiero destruirlo”?
Bueno, odiar al Estado significa odiar la organización política. Y la organización política incluye al sistema de gobierno que tenemos, que la misma Constitución ha pergeñado.
Además, incluye al mismo Estado de Derecho, porque si yo odio al Estado, odio al sistema institucional, y ahí está metida la democracia, está metido el sistema republicano. Entonces, si estamos pensando que hay un presidente que detesta en tótum, en general, un sistema político que involucra a los sistemas del gobierno, el presidencialismo, la democracia y la República, podemos hablar de un delito. Lo que pasa es que para que haya delito, por ejemplo, atentado contra las instituciones o contra el orden constitucional, que justamente la Constitución que organiza al Estado, tiene que haber, en términos estrictos constitucionales, un alzamiento armado para que se tipifique y se cometa ese delito.
Mientras tanto, alguien que dice detestar al Estado, pero al mismo tiempo está usando los resortes que el Estado le da para gobernar, en realidad está incurriendo en una contradicción dialéctica, porque por un lado dice una cosa, por otro lado dice otra.
Vamos a llevarlo a un tema más puntual. El presidente de la Nación se cansó de decir que el Estado es el opresor del sistema privado porque los impuestos son una estafa para la actividad privada. Y sin embargo, lo primero que hace cuando llega es aumentar los impuestos, como Ganancias y Retenciones. Decir que los impuestos son nefastos pero usar el impuesto para ejercer el poder y para tener recursos, es una contradicción intrínseca en su propio discurso.
Entonces, detesto al Estado, pero formo parte del Gobierno, que es un elemento del Estado, tengo el poder y lo uso, que también es un elemento del Estado. Entonces no veo que haya la comisión de un delito, pero sí hay una contradicción. Hasta que esas contradicciones, o hasta que ese detestar al Estado no se manifieste en algo concreto, no hay delito, pero el riesgo existe.
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En el juramento que tiene que hacer un funcionario público a cumplir eso por lo que está jurando, si no lo cumple, ¿no hay un incumplimiento de los deberes del funcionario?
Incurre en una causal de mal desempeño que le genera una responsabilidad política y que lo puede poner al borde del juicio político. Todos los presidentes juran, cuando asumen la presidencia, observar y hacer observar fielmente la Constitución de la nación Argentina, es el artículo 93 de la Constitución.
Pero para observar la Constitución, hay que observar el sistema político que la misma Constitución organiza, que la misma Constitución prevé. Entonces, mientras yo diga que detesto a la Constitución pero la cumpla, mientras yo diga que detesto al Estado pero lo respete, mientras yo diga que detesto la democracia pero no la viole, tenemos un charlatán, que en todo caso tendrá responsabilidades políticas.
MVB FM
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