Cartas de lectores: El IVA y una idea; trabajo, pan, paz; cánticos
Todos sabemos de la crítica situación alimentaria por la que atraviesa una parte importante de la población y de los esfuerzos que hace el Gobierno para morigerarla, en el contexto de una catastrófica y muy compleja herencia. El caso desatado hace pocos días por una omisión en la distribución de alimentos almacenados, que quienes trabajamos toda una vida con intensidad y sin descansos (en mi caso como discípulo del inolvidable emprendedor industrial y mártir Dr. Oberdan Sallustro, a quien quiero honrar con estas líneas) por experiencia conocemos que puede ocurrir pese a todo, acentuó muchísimo mi preocupación y me llevó a reflexionar sobre alguna vía para bajar el costo de vida de ese, reitero, importante sector social. Y llegué a la conclusión de que una forma rápida y práctica para concretarlo consiste en lo siguiente: 1) Establecer una lista o “canasta” de alimentos necesarios para asegurar buena nutrición para todas las edades, y especialmente en la primera infancia. 2) Confeccionar la larga lista de las familias y/o personas que pueden ser incluidas, conforme a los registros de distintos planes sociales que han sido objeto de corrupción, en virtud de lo cual debe ser depurada con determinadas pruebas o contraprestaciones. 3) Disponer por ley que los alimentos del punto 1) y los beneficiarios del punto 2) pasan a ser beneficiarios de una fuerte reducción del 21% que rige para el IVA en general, bajándolo, por ejemplo, a un 5%. Es decir que a partir del momento en que se termine de “organizar” y documentar debidamente lo expuesto, el “costo básico de vida” para este rango social bajará ipso facto un 16%, es decir, un alivio importante. Si fuera necesario para no afectar el descomunal plan económico que está en marcha, sin antecedentes en la historia argentina, para el resto se podría aumentar el IVA al 22% o 23%, en fin, lo que dispongan las autoridades del gobierno nacional.
Carlos Tonelli
DNI 18.796.008
Me extrañó que, durante la reciente manifestación que tuvo como propósito impedir que los senadores de distintas corrientes políticas elegidos democráticamente por los ciudadanos votaran la Ley Bases, unos manifestantes llevaran un cartel con las palabras “paz, pan, trabajo”. Esas tres palabras no parecen haber sido ordenadas como corresponde. Si pensamos que el poema Martín Fierro de José Hernández dice: “Debe trabajar el hombre para ganarse su pan”, me parece que el orden correcto de esas palabras tendría que haber sido “trabajo, pan, paz”. Si esas personas, que decían manifestarse pacíficamente, pero que destruyeron todo lo que les resultó posible en la plaza, tuvieran como meta el trabajo, podrían lograr una vida digna sin necesidad de pedir ayuda del Estado. En las manifestaciones también suele haber carteles con la palabra “obrero” exhibidos por un grupo de gente que acaso jamás haya visto una fábrica ni siquiera de lejos. Asimismo, hay estandartes con el nombre “Evita” y aquellos que lo llevan tal vez ignoren que la persona que nombran en el cartel se levantaba a las 6 de la mañana para ir a trabajar en la fundación que presidía y que en lugar de destruir plazas apoyó durante el gobierno de su marido la construcción de edificios públicos para beneficio de la población y estimuló a la ciudadanía a vivir de su trabajo.
Raúl H. Álvarez
DNI 7.619.244
Escuchar cánticos relativos como “la patria no se vende”, alentados por el clero, causa estupor. No se ha escuchado la misma pasión en reaccionar ante la fenomenal corrupción de los últimos años que también afectó a nuestra nación. Más allá de esta obviedad, también causa extrañeza que desde el púlpito no se destaque, apoye y aliente al que investiga, desarrolla, invierte, arriesga, produce bienes, brinda servicios, genera empleo, paga salarios e impuestos. Estos son los que generan riqueza que produce mejores empleos y salarios, lo cual permite a las familias enviar a sus hijos a la escuela. La escuela otorga más conocimientos y desarrolla habilidades imprescindibles para combatir la pobreza, que obscenamente se ha multiplicado durante los gobiernos irónicamente afines a los “cantores” de ahora. Triste será el futuro si la Iglesia sigue equivocando el foco.
J. Gustavo Degano
gustavodegano@yahoo.com
El Gobierno obligó a las prepagas a ajustar, en forma adecuada, los aumentos desmedidos que aplicó a sus afiliados, restituyéndoles lo facturado de más. Pero dejó sin intervenir el sector de los laboratorios productores de medicamentos, quienes aplican aumentos periódicos y exagerados de sus productos, dejando a los consumidores con los bolsillos flacos y en ocasiones privándose de comprar los remedios necesarios para su salud, en especial a los pobres jubilados.
Carlos Figueiras
DNI 4.283.754
Miércoles 19, aproximadamente a las 13. Viajando por la ruta 7 hacia Mendoza, casi en el límite con San Luis, veo en una estación de servicio cuatro colectivos de la hinchada de fútbol del Club Almirante Brown, tres motos policiales con sus respectivos uniformados (dos por moto) haciendo guardia en la entrada de la estación de servicio, dos patrulleros, una camioneta y, a la salida, dos motos más. Todo para “custodiar” a los barrabravas. Hago 15 kilómetros más y aparecen otro colectivo en la autopista, en el carril rápido, y otra moto policial a la par, custodiándolos desde el carril lento. Esto obstaculizaba a los demás conductores que queríamos adelantar al colectivo. Me pregunto, o le pregunto a la ministra Bullrich, ¿quién paga ese enorme costo operativo? Mientras los policías custodian a los barras para que no hagan macanas, como si fueran chicos de 5 años, los ciudadanos de bien nos vemos sumergidos en el miedo y la inseguridad.
Seamos serios y custodiemos a los ciudadanos de bien, y encierren a los que no quieren respetar las reglas de convivencia. Ya es insostenible.
Leónidas Facio
leonidasfacio@gmail.com
Enfrentamiento entre 200 adolescentes en un shopping center
“Los jóvenes sin limites”- Rosa Pistan
“¡Es la decadencia que muchos no quieren ver, que dejaron! Otro ejemplo más del mal que hicieron”- Guillermo Tames
“¿200 niños menores solos y en patota? ¿Y no se hará nada con esos padres? Hay que cambiar muchas cosas en este país…”- Diana Raquel Muñoz
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