Arrestan a un hombre mientras miles esperan despedir a la reina Isabel II

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La Policía detuvo a un hombre que intentó arrojarse sobre el féretro de la reina Isabel II. El extraño episodio se dio en medio de una multitud que hace largas filas para dar el último adiós a la monarca.

Miles de personas pasaron la noche más fría de Londres en meses haciendo una fila para ver el ataúd de la reina Isabel II, y las autoridades advirtieron el sábado que los dolientes que lleguen se enfrentan a una espera de 16 horas, en un funeral multitudinario.

En tanto, la Policía detuvo a un hombre después de lo que, señaló, había sido un «disturbio» el viernes por la noche en el Salón Westminster del Parlamento, donde el féretro de la reina yace, envuelto en su Estandarte Real y con la corona llena de diamantes encima.

Las autoridades parlamentarias dijeron que alguien se salió de la fila e intentó acercarse al ataúd en su andén, algo que quedó registrado en video. La Policía Metropolitana dijo que el sujeto fue detenido por «presunta ofensa al orden público».

La marea de gente que quiere despedirse de la reina ha crecido de forma constante desde que se admitió al público en la sala el miércoles. El viernes, las autoridades dejaron temporalmente de permitir que más visitantes se unieran al final de la fila, que serpentea alrededor de Southwark Park a unos 8 kilómetros (5 millas) del Parlamento.

Durante la noche, los voluntarios distribuyeron mantas y tazas de té a las personas que hacían cola mientras la temperatura descendía a 6 grados centígrados (43 grados Fahrenheit). A pesar del clima, los dolientes describieron la calidez de una experiencia compartida.

«Hizo frío durante la noche, pero tuvimos compañeros maravillosos, conocimos nuevos amigos. La camaradería fue maravillosa», dijo Chris Harman, de Londres. «Valió la pena. Lo haría una y otra vez. Caminaría hasta el fin del mundo por mi reina», añadió.

La gente tenía múltiples razones para venir, desde el afecto por la reina hasta el deseo de formar parte de un momento histórico. Simon Hopkins, que viajó desde su casa en el centro de Inglaterra, lo comparó con «una peregrinación».

«Es un poco extraño, porque va en contra de mi personalidad», dijo y agregó que «me he sentido un poco atraído por ello».

Los miembros del público siguieron entrando en silencio en el Salón Westminster, incluso mientras los cuatro hijos de la reina: el rey Carlos III, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo velaban alrededor del féretro envuelto en una bandera durante 15 minutos el viernes por la noche. El llanto de un bebé fue el único sonido.

Antes de la vigilia, Eduardo dijo que la familia real estaba «abrumada por la marea de emoción que nos ha envuelto y por el gran número de personas que se han desvivido por expresar su propio amor, admiración y respeto (por) nuestra querida mamá».

Los ocho nietos de la reina Isabel II mantendrán una vigilia junto a su ataúd el sábado. Los hijos de Carlos, el príncipe Guillermo y el príncipe Enrique, asistirán junto a los hijos de la princesa Ana, Zara Tindall y Peter Philips; las hijas del príncipe Andrés, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia; y los dos hijos del príncipe Eduardo: Luisa Mountbatten-Windsor y Jacobo, vizconde Severn.

Guillermo, que tras la muerte de su abuela es ahora el heredero al trono, se situará a la cabeza del ataúd y Enrique a los pies. Ambos príncipes, que son veteranos militares, vestirán su uniforme.

Con información de EFE.

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