Francia se inquieta ante un nuevo atentado terrorista cometido el sábado, que se atribuyó un reclutado ideológico del ISIS, el autoproclamado Estado Islámico y sus consecuencias. Armand Rajabpour-Miyandoab, franco iraní de 26 años, atacó con cuchillos y a martillazos a dos parejas de turistas extranjeros. Un joven alemán filipino (23) atacado murió en el acto.
Este lunes el sospechoso asumió plenamente sus acciones, bajo custodia policía. También hirió gravemente a un británico con un martillo y a otras dos personas en las cercanías de la Torre Eiffel, la zona más turística de Francia. Hasta ahora se piensa el terrorista actuó solo. Además de los miembros de su familia, en Pierrefitte-sur-Seine (Seine-Saint-Denis) fue detenida una mujer, ya conocida por los servicios de inteligencia.
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El presunto autor de la tragedia supuestamente gritó "Allah Akbar" ("Alá es grande") después del ataque, dijo a la agencia AFP.
El agresor “la vio el día antes” de su acto, según la fuente cercana a la investigación. Los investigadores se centrarán ahora en determinar el posible papel que pudo haber desempeñado en el ataque.
La guerra de Gaza como fondo
Mientras estuvo bajo custodia policial, el sospechoso Armand Rajabpour-Miyandoab dijo que actuó en “reacción a la persecución de musulmanes en todo el mundo”. Parece "muy frío, clínico", según una fuente cercana a la investigación.
Se encontraba con tratamiento psiquiátrico y neurológico pero el médico había decidido frenarlo. Aunque su madre expresó su preocupación por su estado mental en octubre ante las autoridades. El ataque del sábado pone en evidencia la cuestión de las deficiencias en el seguimiento de los casos "psi".
Ha quedado demostrado que el franco iraní estuvo en contacto con otros miembros del autoproclamado Estado islámico, que decapitaron al profesor Samuel Paty, al sacerdote Hamel en Normandía, a una pareja de policías y con Abdoullakh Anmxzorov, el checheno que mató otro profesor recientemente.,
El islamismo radical "es el verdadero enemigo de la sociedad, es un peligro", afirmó el imán Hassen Chalghoumi, presidente de la conferencia de imanes de Francia, en Radio Classique, llamando a "todos unidos para luchar contra este flagelo".
"Voces en la cárcel"
Durante su tiempo en prisión por un atentado fallido en la zona de La Defense, un perturbador incidente fue registrado: el 8 de julio del 2019, el sospechoso le reveló a uno de los cuidadores, durante la distribución de la cena, que “hay cosas sucias que me pasan por la cabeza. Yo escucho todas las voces condenadas por terrorismo. Están las voces de los jihadistas del Bataclan que me quieren hacer pasar a la acción. Yo estoy perdido y no se quien más soy”, dijo al guardián.
“Yo quiero degollar a mis padres cuando salga. Mi fecha de liberación está próxima. Yo voy a terminar por pasar a la acción", insistía. Esa fue la razón por la que fue vigilado como radicalizado S hasta marzo del 2023.
También tuvo una crisis de angustia en la cárcel y dijo a los médicos que los guardias querían envenenarlo y el tenía “pensamientos suicidas”.
Miedo a más ataques
El temor se extendió en el servicio turístico, junto con la inquietud de las fuerzas de seguridad frente a los próximos Juegos Olímpicos del 2024. Temen una deserción de los turistas, como sucedió tras la masacre de Charlie Hebdo.
"Desafortunadamente, probablemente tendremos otros ataques en Francia” estimó el ex director general de la policía nacional, Frédéric Péchenard. Considera que "hemos entrado en un período de tensión muy grande", cada vez correlacionado con una guerra, como de Israel y Hamas”. "Todo esto tiene necesariamente un impacto en nuestro suelo, ya hemos sufrido dos ataques, en París el sábado y Arras en octubre, desde que se inició la guerra” dijo.
París, ¿ciudad insegura? Foto: Eric Feferberg / AFP
Si bien cree que las personas radicalizadas están bastante bien identificadas y a menudo los servicios de inteligencia ya saben cuándo actúan, "la dificultad es saber cuándo y si van a actuar", subrayó Frédéric Péchenard.
El papel de las redes sociales
Las redes sociales permiten cada vez más a los terroristas, a menudo jóvenes y más o menos aislados, eludir las fronteras europeas. Construyen relaciones entre sí, se animan mutuamente a actuar o preparar proyectos conjuntos.
Los servicios de inteligencia han notado particularmente esta tendencia entre los jóvenes miembros de la comunidad de habla rusa en Europa del norte del Cáucaso y, más ampliamente, entre los de habla rusa.
Contactos entre adolescentes o jóvenes adultos de todos los orígenes, que viven en Francia y Bélgica, han sido identificados en varias investigaciones relacionadas. Por ejemplo, con un posible plan de ataque a la embajada de Israel, en las afueras de Bruselas, o con intentos de atacar a agentes de policía, a ambos lados de la frontera.
Los jihadistas
Alrededor de 1.500 adultos abandonaron Francia para unirse a grupos terroristas en Siria e Irak desde mediados de la década de 2010. Alrededor de un centenar están detenidos en campos y prisiones kurdas. Poco menos de 500 están muertos o se presume que están muertos ( dos fuentes de inteligencia independientes confirman las muertes) y poco menos de 250 están desaparecidos (la mayoría probablemente muertos).
Finalmente, 387 yihadistas regresaron a Francia, algo más de 150 están libres en el norte de Siria y varias decenas se trasladaron a terceros países, incluidos ciudadanos con doble nacionalidad, que se han reasentado en el Magreb.
Algunos de estos individuos ya tienen planes terroristas. Y la amenaza también está en el centro de las prisiones francesas. Actualmente albergan a 391 detenidos TIS (“terroristas islamistas”) y 462 DCSR (“detenidos por derecho común susceptibles a la radicalización”).
Pero el problema no se limita a quienes salen de prisión. Se extiende a estos presos, una cincuentena de ellos, que, con su pasado terrorista y condenados a largas penas, actúan como mentores y reclutadores y constituyen una amenaza permanente.
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