“Diplomacia es el arte de restringir el ejercicio del poder” dijo Kissinger, que hoy cumple 101 años

“Diplomacia es el arte de restringir el ejercicio del poder” dijo Kissinger, que hoy cumple 101 años

Escribir una semblanza de Henry A. Kissinger, con motivo de los 101 años de su nacimiento no es cosa fácil. La causa es simple: las distintas facetas que se dibujan en este non plus ultra de los diplomáticos de la Guerra Fría, que fue además de secretario de Estado de los Estados Unidos, soldado, consejero de seguridad nacional, rector de la Universidad de Georgetown de Washington, asesor presidencial, Premio Nobel de la Paz, consultor, intelectual de fuste, profesor universitario, escritor e historiador.

Frente a esta diversidad, optó por presentar al diplomático que logra ajustar su praxis política a los principios, fundamentos y doctrinas que expone en su tesis para alcanzar el grado de doctor en Historia en la prestigiosa Universidad de Harvard bajo el título Paz, Legitimidad y Equilibrio, en el año 1954.

Allí, hipotetiza y trabaja sobre el accionar de Castlereagh y Metternich para la reconstrucción política de Europa en la década posterior a las guerras napoleónicas.

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Diecinueve años después de que la aprobara con la calificación magna cum laude se publica en español una buena parte de ella en el libro conocido bajo el título Un Mundo Restaurado (Fondo de Cultura Económica,1973).

En este artículo tratamos de presentar en muy ajustada síntesis cómo Kissinger utiliza y entona los tres conceptos centrales de su tesis, y que, de algún modo, delimitaron su actuar político como conductor de la diplomacia americana.

Allí expresa que la paz internacional proviene de un acuerdo cuyos principios deberán ser viables y procurados con métodos generalmente aceptados en la práctica de la política. Esto llevará a la aceptación y sostenimiento del orden logrado. No caben dudas de que su actuación diplomática fue inspirada por tal premisa. Sus visitas secretas a China en 1971, las cuales sientan las bases para la visita de Nixon al año siguiente, y lo que de allí en adelante se sigue puede interpretarse en este marco.

Un nuevo horizonte internacional

A ello se suma que la lógica de la paz es la estabilidad, y su motivación es el equilibrio de fuerzas y la aceptación de su legitimidad.

Específicamente para el caso de China, el objetivo será equilibrar el sistema y avanzar hacia una nueva legitimidad. En ese momento el equilibrio global podría lograrse si EE.UU. negociaba con otras dos potencias mundiales: China y la URSS. Crear una relación triangular se convirió en la estrategia norteamericana diseñada por Kissinger para estar más cerca de cada una de las otras dos potencias que lo que ellas estaban entre sí.

Kissinger define a la diplomacia en términos simples: “diplomacia es el arte de restringir el ejercicio del poder”. En el contexto de permanente lucha entre potencias, como era la Guerra Fría, esta restricción de poder implicaba una tarea que debía combinar sutileza, laboriosidad y perseverancia, y con tales ideas su misión fue crear un orden internacional “que exprese la necesidad de seguridad y de un equilibrio construido en nombre de un principio legitimador.”

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Tal principio viene a ser la justicia. Pero, para que ella predomine, es necesario que ninguna potencia se perciba en desventaja respecto de las otras en el orden internacional. Kissinger creía que EE.UU., como potencia del statu quo debía imponer la legitimidad ante las otras dos. Era necesario orientarlas a la aceptación de tal propuesta, pues representaban un sistema internacional de base revolucionaria, y si la fijación de las reglas quedaba en manos de ellas, la fuerza predominaría como recurso predominante para alcanzar el dominio internacional y, en consecuencia, la ley sería dejada de lado.

El principio general del funcionamiento del sistema internacional es entonces para Kissinger que la potencia del statu quo sea la que determine la legitimidad del orden. Esta es la base de su conservadurismo.

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Su concepción del equilibrio internacional es que son posibles dos clases de equilibrio: uno general, entendiéndose por tal a aquel en que una potencia o grupo de potencias tratan de imponer su voluntad a las demás; el otro particular, que se define por la relación histórica de ciertas potencias entre sí. El primero disuade contra la guerra general; el segundo es la condición de la cooperación eficiente.

Jugar como uno de los grandes actores de la diplomacia en el marco de la Guerra Fría, hizo que Kissinger llevase adelante la política exterior norteamericana procurando “restaurar el mundo” e implementar un equilibrio de tipo general para evitar la III Guerra Mundial.

¿Por qué su vasta obra conserva actualidad? Porque cada vez que se cree que el orden internacional necesita una modificación o un equilibrio que frene una guerra total, o cuando se quiere limitar a una potencia revolucionaria para que no imponga sus reglas de juego, los actores de la política internacional recurren a ella buscando inspiración y escudriñando entre sus párrafos para descubrir qué alternativas les ofrece.

*Profesor del Doctorado en Ciencia Política y de la Maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad de Belgrano.

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