La postergación del ajuste de tarifas le pone un freno a la baja de la inflación

La postergación del ajuste de tarifas le pone un freno a la baja de la inflación

Extasiado con la caída de la inflación desde el pico de 25,5% en diciembre, el gobierno de Javier Milei dispuso una postergación de ajustes de tarifas energéticas y del transporte que propiciaron una suba del costo de vida de aproximadamente 5% en mayo, el número más bajo desde diciembre de 2022. Sin embargo, el aplazamiento de la corrección de los precios relativos implicaría un freno de la tendencia bajista durante el tercer trimestre, según consultoras privadas.

A través de diferentes decretos y resoluciones, el oficialismo dilató la actualización de las facturas de gas y luz así como el aumento pautado del boleto de colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). A la vez, congeló la suba del impuesto a los combustibles líquidos y la aplicó de forma parcial a comienzos de junio.

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Si bien el diferimiento sirvió al objetivo de marcar una nueva desaceleración del ritmo inflacionario en el quinto mes del año, a muy corto plazo dificultaría la posibilidad de que los indicadores anoten una caída por debajo del 4% mensual en julio o agosto.

La postergación de la suba de tarifas frena la baja de la inflación

"Con ajustes de precios relativos pendientes, la desinflación encontrará un freno en el tercer trimestre. Si bien el mes de mayo habría cerrado en torno al 5% mensual, siendo el menor registro desde 2022, esto ocurrió en un marco de postergación de los ajuste tarifarios que difícilmente se sostenga muchos meses dado el objetivo de déficit fiscal cero de las autoridades", evalúa un informe de Fundación Capital.

Para la firma fundada por el economista y ex presidente del Banco Central Martín Redrado, "con salarios que podrían comenzar a empardarle a la inflación, una brecha cambiaria que no puede descartarse que vuelva a mostrar algún signo de tensión, aumentos de combustibles ya pautados, posibles subas en tarifas de servicios regulados y efectos de segunda ronda, luce complejo quebrar el registro de inflación general del 4% mensual hacia el segundo semestre".

Más allá del ajuste fiscal y monetario, el Ministerio de Economía echó mano a un ancla cambiaria para contener las expectativas inflacionarias. En efecto, el BCRA implementó una devaluación de 2% mensual que, hasta el momento, mantuvo a rajatabla pese a las advertencias de atraso del tipo de cambio. No obstante, esta tampoco sería suficiente para frenar el curso de la inflación.

Fundación Capital

Bajo la perspectiva de Fundación Capital, postergar la suba de las tarifas y demás regulados es "una medida de muy corto plazo que opera en detrimento del objetivo fiscal" y "aún más, esta baja se dio en un marco de fuerte caída de la actividad económica".

De esta manera, los analistas de la empresa destacaron que la desinflación actual "se dio en el marco de un importante retraso en los salarios (-20% en el IT-24) y con una caída abrupta de la actividad económica (-8,4% i.a. en marzo, EMAE)" y fueron "los productos más ligados al consumo no esencial (con importantes caídas en las ventas) los que mostraron el menor dinamismo de precios desde diciembre".

Un cálculo de la fundación de Redrado anticipa que el Gobierno logró una reducción artificial del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de aproximadamente 2,3 puntos porcentuales en mayo gracias a la decisión de política económica de poner en pausa la corrección de los precios relativos.

"De esta forma, prevemos que la inflación termine el año entre el 146% y el 190% en la medición diciembre/diciembre, en nuestros dos escenarios de mayor probabilidad de ocurrencia (gradual y transición, respectivamente) dependiendo de la magnitud de corrección de precios relativos", concluye el informe.

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La recesión le pone un techo a la inflación

Otro reporte de la consultora LCG remarca que a pesar de la recomposición de precios atrasados, los ajustes realizados en algunos regulados como tarifas "fueron parciales" y "se suspendieron en el último mes para que la inflación se mantenga en un dígito tal como sucedió en abril".

"La recesión está haciendo su tarea desinflacionaria a través de la menor demanda. Al mismo tiempo, genera un efecto ambiguo a través de su impacto sobre la menor demanda de productos importados: por un lado, menos importaciones disciplinan menos a los precios locales, pero por otro, menos pagos en dólares por esos productos robustecen las reservas y mantienen quieto al valor del dólar", acota el análisis.

Por otra parte, el texto que lleva la firma del economista Javier Okseniuk remarca que "si la inflación no baja sustancialmente en los próximos dos o tres meses, la competitividad cambiaria se resentirá y los salarios deberán recomponer parte de la caída, correcciones que a su vez gatillarán aumentos de precios".

Desde la óptica de Okseniuk, el verdadero test para saber si el proceso de desinflación es consistente se verá recién cuando la actividad económica empiece a recuperarse y el dólar acompañe a los precios, una dinámica que no se dio ni en este gobierno ni en el anterior.

"Si en ese marco la inflación no continuara la baja hacia valores de, digamos, 2% o 1% mensual, es posible que se requieran herramientas complementarias para coordinar expectativas, adicionales a consolidar una dinámica de solidez fiscal", cerró el analista económico.

MFN / ED

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