Julián Álvarez y su gol clave contra Canadá que sin querer lo metió en la historia grande del fútbol de América, con otros tres pesos pesados


Otra vez en una semifinal. Como en Qatar ante Croacia. Julián Alvarez volvió a anotar, esta vez ante Canadá en Nueva Jersey, después de un pase mágico de Rodrigo De Paul que lo dejó habilitado de cara al arco rival. Fue una de las apuestas de Lionel Scaloni para este nuevo duelo definitorio. La puja del ‘9’ siempre está en la Selección Argentina. El entrenador ahora eligió por el pibe de Calchín de entrada y dejó en el banco a Lautaro Martínez. Y el Araña volvió a picar. Su veneno letal adormeció a una Canadá intensa. Ese gol abrió la sofocante noche en el MetLife Stadium.

Iban 22 minutos del primer tiempo. La Argentina hasta ahí dominaba la pelota pero de contraataque los canadienses preocupaban por su velocidad. La defensa albiceleste no ofrecía muchas garantías, pero resistía igual.

Algunas insinuaciones en ataque de la Scaloneta, pero nada profundo. Lionel Messi, de falso nueve, conectó una sola vez con Angel Di María y metió un remate que se fue cerca del palo. Julián Alvarez se movía preferentemente por la izquierda del ataque.

No la había tocado mucho. No le hizo falta entrar tanto en contacto con la pelota para aprovechar la primera chance inmejorable que se le presentó por una asistencia a la distancia de De Paul.

“Estoy muy contento por el partido que hicimos hoy. Hay que pensar en la final ahora. Somos los primeros defensores a la hora de presionar y tratar de recuperar. Si tenemos situaciones de gol hay que tratar de convertir porque somos delanteros y tenemos que ganar los partidos”, dijo Julián con la satisfacción de la tarea cumplida en sus palabras y la sonrisa de ese niño de Calchín que lo sigue acompañando y siempre sale a la cancha con él cada vez que le toca defender los colores argentinos.

A unos pocos kilómetros de Nueva York, la ciudad del Hombre Araña, Alvarez tejió su gol con un control y una definición por abajo ante la salida del arquero Maxime Crépeau. Le pasó por entre las pierna al golero y se encontró con el fondeo de la red. Fue su segundo grito en esta Copa América. ¿El primero? Había sido justamente ante Canadá, mismo rival, en el debut en Atlanta.

«El pase de Rodri fue muy bueno. El control también. Pero definí un poco mal, por suerte entró, ja», explicó el atacante multicampeón con Manchester City la jugada de su tanto.

Sin saberlo, Alvarez se metió en la historia. Anotó su nombre en un grupo selecto, el de los grandísimos futbolistas que han podido convertir goles tanto en una semifinal de un Mundial como de una Copa América. Son cuatro, nada más: Romario, Diego Forlán, Lionel Messi y Julián Alvarez. Vaya privilegio.

Este fue su noveno gol con el escudo de la AFA en el pecho en 35 partidos. Esa sequía maldita que lo tuvo un año y medio sin convertir con la Selección llegó a su fin en esta Copa América. El cordobés había llegado a esta competencia con la preocupación de que su último grito había sido contra Croacia en el Mundial.

La paciencia de la Araña de Calchín rindió sus frutos. Julián picó una vez más. Como en Qatar. Para ir a otra final.

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